Arquitectos del Barrio (V): José Ramón Garnelo López de Vinuesa, por Víctor Barranco (historiademontilla.es)
Hablar de Garnelo en Montilla es hacerlo de una de las sagas familiares más prolífica en la historia contemporánea de nuestra ciudad. La rama montillana, iniciada con el advenimiento del polifacético José Ramón Garnelo Gonzálvez en la segunda mitad del XIX, echó raíces con sus hijos José Santiago, Manuel y Eloísa. Incluso, en nuestro Barrio de las Casas Nuevas tenemos un legado importante de los Garnelo a través del tiralíneas de José Ramón Garnelo López de Vinuesa, Arquitecto.
Hijo del escultor Manuel Garnelo Alda y de Rosario López de Vinuesa López de Priego, y nacido en junio de 1924, José Ramón Garnelo toma contacto profesional con la arquitectura y el urbanismo montillanos en los años 60 del siglo pasado, procedente de Granada. En una época en que comenzaba a vislumbrarse una progresiva expansión urbanística en la ciudad, el Ayuntamiento de Montilla decide “nombrar Arquitecto Municipal honorario a D. José Ramón Garnelo López de Vinuesa, […] sin retribución alguna” (Archivo Municipal de Montilla, Acta Capitular de 15/01/1962), en una especie de relación mercantil con el Consistorio. A partir de entonces comienza a prestar servicios redactando proyectos municipales o supervisando obras particulares, dado que no existía incompatibilidad en el ejercicio de su cargo. Esto le permitió participar en numerosos proyectos de la localidad, lo que teniendo en cuenta el incipiente desarrollo de las Casas Nuevas lo hace acreedor de algunos de sus mayores logros.
Precisamente, la expansión de esta zona de Montilla hizo necesaria la redacción de un Plan de Ordenación Urbana de Llano Ríos, que lleva su firma. Si bien no llegó nunca a extender del todo sus efectos y su redacción fue un cúmulo de retrasos y contratiempos, fue un loable intento por normalizar el fenómeno urbanístico en nuestra localidad, y recogía –quizá por vez primera– los límites geográficos de nuestro barrio.
Desde los Servicios Técnicos Municipales dirigió obras de pavimentación, dotación de servicios básicos o saneamiento de las avenidas María Auxiliadora, Rafael Cruz Conde –hoy de Andalucía– y de las Camachas, así como calle Conde de la Cortina o Camino del Canillo, entre otras; lo que condujo a la mejora higiénico-urbanística de este sector en auge de la población. A ello también contribuyó su importante proyecto de construcción del Colector de La Cerámica, también en la zona sur de Montilla.
Pero, sin duda alguna, si hay una zona del Barrio y de la ciudad que dispone del sello garneliano es el complejo polideportivo. En los años 70, de su mesa de trabajo salió el proyecto de las piscinas municipales, junto a los accesos y al bar-restaurante que las complementan; el Estadio Municipal –hoy Estadio Miguel Navarro–; las antiguas pistas polideportivas anexas o, incluso, una residencia de ancianos con 120 plazas que finalmente quedó solo en anteproyecto.
Fuera de las fronteras del Barrio también es patente la marca de nuestro protagonista, con edificios tan singulares como el Palacio de Justicia, el Mercado de Abastos, el Matadero Comarcal en las Canteras de Santa María o los reconstruidos Convento e Iglesia de Santa Ana, con el edificio de pisos contiguo entre la calle del mismo nombre y la de Enfermería, y cuyas 6 plantas de altura marcaron un hito y un tope en la verticalidad constructiva de la localidad.
Volviendo a las Casas Nuevas, y más allá de su labor municipal, a finales de los 60 proyecta los 80 pisos de la Cooperativa Virgen de las Viñas, en las manzanas existentes entre las calles Juan XXIII, Pablo VI y Ciudad del Cuzco, que construyeron Felipe Logroño y José Requena. Además, firmó diversos proyectos de casas unifamiliares en Maestro García Fernández, Avenida de Rafael Cabello de Alba –hoy de Andalucía– y Ronda del Canillo. Firmó igualmente el proyecto de la nave industrial donde radicó la antigua Comercial Victoria o las obras de adaptación del Hotel Don Gonzalo, ambos en la antigua Nacional 331.
Otra de sus obras más características, si bien poco conocida al tratarse de una residencia unifamiliar, es El Majuelo, en la Carretera de Montalbán. Situado a las faldas de la Toba, este chalé encargado por Rafael Ruz Requena a López de Vinuesa puede considerarse el particular “Chalet Canals” del arquitecto. En efecto, el funcional inmueble en forma de “U” con capacidad para una familia de 14 personas, disponía de un amplio recibidor, un pequeño patio interior y zona de servicio con habitación, baño y lavadero. En una de las naves laterales, un gran salón daba paso a la zona de noche, con 4 habitaciones y varios baños sobre un pasillo corredor.
En el otro extremo de la vivienda se situaba un dormitorio comunitario para 4 personas, así como la amplísima cocina con su correspondiente despensa, abriéndose a la zona exterior a través de un pasillo porticado que custodiaba la piscina y conectaba con la sala de esparcimiento y la barbacoa. El resto de la parcela, cuidadosamente diseñada, disponía de varias zonas ajardinadas, aparcamiento y pista deportiva.
José Garnelo López de Vinuesa renunció como Arquitecto Municipal en 1977. A partir de ahí, sus proyectos en Montilla fueron reduciéndose. Sirva este repaso por su herencia en el Barrio del Gran Capitán para hacer patente que, aunque no los recordemos a diario, fueron dignos personajes como este quienes configuraron los edificios y parques de nuestras calles; y, por supuesto, la esencia que respiramos al pasear por ellas.
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