Mientras escribo, pienso que para cuando se publique este ripio igual ya está más anticuado que ver las noticias en televisión. Cuando lo tenía casi acabado, Donald Trump decretó los 90 días de moratoria para los aranceles. Aranceles idea de un tal Peter Navarro, consejero recomendado por el yerno de Trump tras una búsqueda en Google; si tenía alguna duda sobre si Trump es un genio malvado o un simple idiota con suerte que cae bien a otros imbéciles…
¿En qué situación deja esto a la humanidad? El fin del mundo como lo conocemos va a ser mucho más parecido a las películas de Austin Powers y No mires arriba que a Blade Runner o Mad Max. Por lo menos moriremos con una carcajada sarcástica en el rostro, igual que el legionario de “La vida de Brian”, que no podía reprimir la risa al escuchar el nombre de Pijus Magníficus y era enviado al circo descojonándose.
Si no podemos extinguirnos con clase y dignidad, por lo menos que sea con una sonrisa socarrona en el rostro para que luego no piensen que lo hemos pasado mal.
Si ahora mismo llegaran los extraterrestres y nos dijeran “llevadnos ante el hombre más poderoso del planeta”, la mitad de la humanidad se moriría de vergüenza ajena pensando “por favor, que no les haga su bailecito”, y la otra mitad diría “veis como es verdad lo que dice Iker en el programa Horizonte: y ahora no vamos a parar hasta encontrar los muertos del parking de Bonaire; inquietante, Carmen”.
Lo del empresario que se hizo a sí mismo heredando el capital de su padre se nos ha ido de las manos. Donald, que ya gozaba de cierta popularidad, se hizo famoso presentando un reality de la NBC llamado The apprentice. Se trataba de un concurso donde se juzgaban las habilidades empresariales de los concursantes. Donald Trump tuvo los cojonazos de presentarlo después de haber arruinado seis de sus empresas.
Más tarde, el polémico fundador de la FOX, Roger Ailes, creó la máquina de propaganda que lo impulsó a la presidencia. Favorecido por los potentes altavoces del “mundo libre”, siempre dispuestos a amplificar la señal de cualquiera que proclame las bondades del anarquismo capitalista y la perversión que supone cualquier tipo de control estatal o, Dios nos libre, sindicatos o seguridad social, Donald Trump ha alcanzado en la política el éxito que nunca logró como empresario.
La FOX era y es propiedad del magnate Rupert Murdoch y su familia, que como otros tantos mega millonarios, no tienen problema en financiar discursos ultraderechistas para que la derecha tradicional parezca moderada.
Si tienes claro que los problemas de este mundo son la agenda 2030, la inmigración, los okupas y que el feminismo está yendo demasiado lejos, tu carrera como político o periodista siempre estará bien engrasada de billetes.
Yo os juro que no me importaría que atletas trans ganen todas las competiciones femeninas si baja el precio del alquiler y no acabo mis días en un geriátrico concertado propiedad de “Ladrones S.L”, comiendo porquería y revolcándome en mi propia mierda; lo siento, chicas, tengo que elegir.
Aunque la competencia es cada vez más dura, el nicho del cuñadismo parece un filón al que no se le ven indicios de agotamiento. Los MAGA´s lucen orgullosos sus gorras rojas fabricadas en China y, cuando creíamos que lo habíamos visto todo, se presenta el fabricante de bulos Alvise Pérez a las Europeas y saca más de 800.000 votos.
Lástima que su sueldo de eurodiputado, que prometió sortear entre sus votantes, le haya tocado al ex ministro Ábalos, al que tiene que indemnizar por difamación. Ni con la de evidencias que hay contra Ábalos el tipo publica una verdad.
Pero la peor consecuencia, no la única, de promocionar estos discursos de la mentira es que acaban cobrando vida propia y se vuelven imprevisibles. La propia familia Murdoch y el incalificable Elon Musk ya están perdiendo miles de millones por culpa de la ocurrencia arancelaria de Peter Navarro, que ha desplazado a Elon del corazoncito de Trump hasta el punto que, el hombre que junto con Putin y el fallecido Roger Ailes más ha contribuido a proclamarlo presidente, tenga pie y medio en la calle.
En el año 1958 Mao Zedong lanzó el proyecto del Gran Salto Adelante. En un intento de mejorar las cosechas se decretó que los gorriones, las ratas, las moscas y los mosquitos eran letales para las cosechas. Para exterminar a los gorriones, se movilizó a la población para que golpease ollas y sartenes hasta que los gorriones y otros pájaros cayeran muertos de agotamiento. El aniquilamiento de los gorriones trajo consigo una plaga de langostas que devastó las cosechas, provocando una hambruna que causó entre 15 y 45 millones de muertos. China tuvo que solicitar en secreto el envío de gorriones desde la URSS para recuperar la población.
¿Es posible que Donald Trump llegue a alcanzar el poder de Mao Zedong? Espero que no, pero sin duda lo quiere y, si lo consigue, tengo un plan: salir corriendo hasta que todo se arregle.
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