Ni el efecto 2000, ni el fin del calendario maya ni la clarividente ebriedad de Fernando Arrabal. ¿No os dais cuenta, insensatos? Ahora sí, Sánchez Dragó, ¡¡el milenarismo va a llegar!! Te lo dice Leonor Rodríguez, La Camacha, bruja y hechicera de tronío, con papeles de la Inquisición, montillana y cervantina.
Arrepentíos todos, porque las siete trompetas del Apocalipsis ya están aquí. San Juan lo plasmó hace casi dos milenios en su Libro de las Revelaciones. Y hace dos años, la gente perruna de la Asociación El coloquio de los perros en su concurso de relato corto y fotografía. Quien no lo quiera ver, arderá eternamente en el fuego del infierno. El fin del mundo se acerca y las señales son cada vez más claras.
“El primer ángel tocó su trompeta, y desde el cielo cayeron granizo y fuego mezclados con sangre. Se quemó la tercera parte de la tierra, y también la tercera parte de todos los árboles y de toda la hierba”. A eso ahora se llama incendios de sexta generación, tormentas de fuego explosivas y pirocúmulos.
El aviso de la segunda señal ya nos la dio el volcán de La Palma. “El segundo ángel tocó su trompeta, y fue lanzado al mar algo parecido a una gran montaña envuelta en llamas”.
“Cuando el tercer ángel tocó su trompeta, una gran estrella cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales. Entonces, la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y mucha gente murió al beberla”. Sequía, contaminación de los acuíferos, sobreexplotación de los recursos hídricos. ¿Acaso no está claro?
“El cuarto ángel tocó su trompeta, y la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas se dañó y dejó de alumbrar”. Esta señal la tengo menos clara, atribulados pecadores, pero barrunto que un meteorito anda cerca, que los prebostes de la humanidad ya están probando cómo desviarlos. Temed cuando veáis a Bruce Willis tripulando la nave.
Por si no os queda claro, ahí viene la siguiente: “El quinto ángel tocó su trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. A ella se le dio la llave del túnel que lleva al Abismo profundo”. El señor Willis no logró su misión y se nos puso cara de dinosaurios.
“El sexto ángel tocó su trompeta. De pronto oí una voz, que salía de en medio de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba frente a Dios. La voz le dijo al sexto ángel que había tocado la trompeta: «Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates». Entonces el sexto ángel soltó a los cuatro ángeles, para que mataran a la tercera parte de los seres humanos, pues Dios los había preparado exactamente para esa hora, día, mes y año”. Que digo yo, con mis cortas entendederas, que igual el río era el Dniéper o el Donets y que San Juan confundió la palidez de Putin y la senilidad de Biden con las imágenes de sendos ángeles. Aún no logro descifrar quiénes serían los otros dos.
Y, por último, el final: “El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: «Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo, y reinarán para siempre.»”. Se acabó lo que se daba, llegó el fin de la humanidad, la reina de Inglaterra ha muerto. “Entonces se abrieron las puertas del templo de Dios, que está en el cielo, y dentro del templo podía verse el cofre de su pacto. Y hubo relámpagos, un resonar de truenos, un fuerte temblor de tierra y una gran lluvia de granizo”. Su interminable funeral es el comienzo de la nueva era. “La mujer tuvo un hijo que gobernaría con gran poder a todos los países de este mundo. Pero le quitaron a su hijo y lo llevaron ante Dios y ante su trono”. 73 años esperando a ser rey para esto; pobre Charles.
Qué triste es para una súbdita de Su Católica Majestad, el Rey de Todas las Españas, comprobar que la muerte de la soberana de la pérfida Albión traerá el fin de los mundos.
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