Memento de la canción del verano, por Leonor Rodríguez La Camacha


Se dice que “cualquier tiempo pasado fue mejor” cuando tenemos añoranza de experiencias pretéritas o cuando queremos comparar algo nuevo con su homónimo antiguo. Pues bien, con los siglos y hechizos que llevo conocidos, esto mismo digo yo respecto de la canción del verano. ¡Qué fue de aquellas canciones del verano que tanto nos hacían vibrar! ¡Qué fue de la creatividad de Georges Mayer Dahan, popularmente conocido como Georgie Dann y de nacionalidad francesa -por cierto-!
La canción del verano de antaño solía ser el pistoletazo de salida del período estival que se manifestaba cuando se daban hitos tales como el fin de curso escolar, final de temporada de algunos de nuestros programas y series favoritos y el comienzo de otros con tono veraniego, el típico ritual que llevaba a Rappel a enfundarse su túnica-bañador para arrojar flores en el mar con el fin de atraer la buena suerte, el típico posado de Ana Obregón en bikini y la huida de la estresante Villa de Madrid a Mallorca de la familia del Emérito buscando un poco de relax.
Éxitos tales como “Mami, qué será lo que quiere el negro”, “El chiringuito”, “El bimbó” o “La barbacoa” del rey de la canción del verano -Georgie Dann- tienen una profundidad tal que únicamente están a la altura de canciones tales como “La bomba”, popularizada por King África o “No te olvides la toalla cuando vayas a la playa” -sabio consejo que de manera gratuita nos brindaba Puturrú de Fuá. Ya -con compás flamenco- solíamos hacer palmas con canciones como “Borriquito como tú” de Peret, “Probe Miguel” de Triana Pura o “El porompompero” de nuestro también querido Manolo Escobar. Si lo que pretendíamos era un poco de intimidad con nuestra “conquista”, entonces se solía recurrir a canciones como “Lambada” de Kaoma, “Baby I love your Way” de Big Mountain, o “Ven, Devórame Otra Vez” de Lalo Rodríguez.
Mención especial merece nuestra siempre adorada Rafaella Carrá; ¿quién no se ha retozado de alegría bailando éxitos veraniegos tales como “Caliente, caliente”, “Hay que venir al sur”, “Qué dolor”, “En el amor todo es empezar” o “Fiesta”? Del otro lado del charco nos llegaron éxitos estivales de la mano de Gloria Estefan (“Oye”, “Mi tierra”, “Oye mi canto” o “Conga”), Thalía (“Amor a la mexicana”, “Arrasando” o “Piel morena”), Juan Luis Guerra (“La bilirrubina”, “Ojalá que llueva café” o “Burbujas de amor”), Ricky Martin (“María”, “Livin' la vida loca” o “La copa de la vida”) y un largo etcétera.
La canción del verano al estilo antiguo está directamente relacionada con los éxitos que solíamos bailar es nuestras verbenas; así, recordaréis canciones como “Paquito el chocolatero” de Gustavo Pascual Falcó, “Sarandonga” de Lolita Flores, “La ramona pechugona” de Fernando Esteso, “Aquí no hay playa” de The Refrescos, “Sopa de Caracol” de Banda Blanca, “Opá, yo viazé un corrá” de El Koala o “El tractor amarillo” de Zapato Veloz, “El baile de los pajaritos” popularizada en España por María Jesús y su acordeón o el “Follow the leader” de los Soca Boys.
En la actualidad, “la canción del verano” sigue otro patrón: suele haber muchas candidatas sin que ninguna destaque sobremanera como lo hacían las de antaño. Una tendencia creciente es la capacidad de influencia por parte de campañas publicitarias como la que se podría catalogar “canción del verano 2021” - “El Subidón del Verano”- conocida también como “Estoy tremendo, estoy crocanti” que es una pieza realizada expresamente para el anuncio de un cupón de la ONCE producida por Heaven Musico. ¡Ay! Si lo actual lo comparásemos con el “¿Y tú de quién eres?”, “Bolillón” o el “Washuwarugui” de los agropop No me pises que llevo chanclas me lleva inevitablemente a reafirmar que ¡cualquier tiempo pasado fue mejor!

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