Read Dead Redemption 2, por David Luna


Hace ya tiempo que las películas del Oeste dejaron de estar de moda. Pero hace cuarenta años no había cine que no echara una de “vaqueros” de Clint Eastwood, Lee Van Cleef y, por supuesto, John Wayne. Actualmente es poco frecuente que estrenen un western en la gran pantalla, aunque rara es la tarde en la que no haya una peli del género para nostálgicos en el Canal Trece (son del año catapún, pero mi padre no se pierde ni una).
De cualquier modo, el salvaje oeste sigue fascinando (y seguirá) a todas las generaciones y por ello no es de extrañar que haya videojuegos ambientados en esa época. Y de entre todos destaca Red Dead Redemption 2 para PC (2019), aunque se lanzó un año antes para consolas. Red Dead Redemption 2 (RDR2 a partir de ahora) es un videojuego singleplayer de mundo abierto en tercera persona centrado en la acción y la aventura con algún toque de supervivencia. Es una precuela del Red Dead Redemption (2010), del que no voy a comentar nada porque no salió para ordenadores. 
Evitando entrar en el debate de si es mejor jugar con PC o en consola (que ya comentaré en otro número de la revista), decir que, aunque se puede jugar y disfrutar en una consola de los videojuegos, es evidente que un ordenador amplía esa experiencia debido a su mayor flexibilidad, pues permite tener los gráficos y toda la potencia que puedas o quieras pagar. Es como decir que se disfruta igual de la conducción en un deportivo que en un Fiat Punto…, y punto.
En RDR2 te pondrás en la piel de Arthur Morgan, un forajido que vive al margen de la ley y se dedica a delinquir, extorsionar y robar a los ricos (pero no para dárselo a los pobres). Arthur es mala gente y quien se cruza con él suele acabar con el cuerpo lleno de plomo. Nuestro personaje vive en un asentamiento con su banda a modo de clan familiar, al cual tendrá que cuidar, no solo protegiéndolo de otras bandas rivales y de las autoridades, sino que tendrá que llevar dinero para su manutención (y ya te digo yo que no se va a poner a currar de 9 a 2). En el juego se podrán tomar decisiones honorables y deshonrosas, dependiendo de la personalidad que quieres que desarrolle nuestro avatar. Aunque siendo realistas, por muchas buenas acciones que quieras hacer, como no robar a los mercaderes o no matar a transeúntes inocentes…, cuando vayamos a desvalijar un banco, atracar una diligencia, o asaltar un tren dejaremos nuestro paso sembrado de cadáveres. Las acciones buenas y malas se irán acumulando y afectarán a los distintos finales del juego, pero si decidimos seguir jugando los epílogos obtendremos como premio el verdadero final de RDR2, que será independiente de nuestro código de conducta.
En un juego de este tipo las armas serán muy importantes, pero si hay un elemento imprescindible en RDR2 es el caballo. No solo nos llevará a través de largas distancias, sino que nos servirá como almacén para todas nuestras armas, equipamiento, comida y demás objetos que iremos recogiendo a lo largo de la aventura. Escoger nuestro caballo será una decisión muy importante, ya que dependiendo de la raza será más rápido o más resistente. También tendremos que cuidar de él: alimentándolo, acariciándolo y cepillándolo habitualmente. Con ello, conseguiremos crear un vínculo con el equino y será más difícil que en un tiroteo nos abandone o nos tire en plena cabalgada cuando se canse. Los caballos pueden morir, así que hay que tener especial cuidado de no salirnos del camino y acabar en una zanja, chocar contra un árbol, ponerlo en medio de un tiroteo, en la trayectoria de un tren (sí, me ha pasado)…; si esto ocurre y no lo reanimamos rápido lo perderemos para siempre y tendremos que continuar sin él hasta que podamos conseguir otro. Como dato friki, al primero que tuve le puse de nombre “Sardinilla”, como el de The Witcher (fijo que no he sido el único), y cuando murió me dio mucha penita.
El juego, como todos los de mundo abierto, contiene misiones principales y secundarias, pero, además, podemos encontrarnos en cualquier momento a alguien que precise nuestra ayuda (si queremos ser un bandido “bueno”, le ayudaremos; si no, lo dejo a vuestra imaginación). Igualmente, tenemos una abrumadora cantidad de actividades y tareas para hacer: cazar, pescar, jugar al póker, buscar coleccionables, ayudar al sheriff…. La aventura principal tiene una duración de 50 horas, pero en nada que nos pongamos a hacer secundarias y todas las actividades mencionadas, estamos hablando de un juego cuya duración puede rondar las 100 horas tranquilamente.
Técnicamente el juego es un lujo para la vista. Se nota que la desarrolladora Rockstar Studios se ha sacado la cho…, digo… que se ha gastado una millonada en este juego, porque no se habían visto jamás tanta belleza y detalle juntos. Los gráficos, la distancia de dibujado (sin popping, todo aparece en pantalla de forma orgánica y natural), las físicas, las sombras, las texturas… son realistas y apabullantes. El sonido de las armas y de la naturaleza están muy bien recreados y todo suena como debería sonar. Lo único que no hace esta empresa es doblar a otros idiomas sus juegos y, aunque tiene unos subtítulos bien traducidos, habrá conversaciones que nos perderemos si no tenemos un nivel más que aceptable de inglés. Al contrario de lo que pasa en los GTAs, en los que cuando montas en un coche y hablas con tus compañeros te pierdes la mitad de las conversaciones (porque no puedes conducir y leer al mismo tiempo), aquí no ocurrirá, puesto que por mucho que corra el caballo o la carreta el ritmo es mucho más pausado, así que, al menos, te enterarás de por qué tenemos que ir del punto A al B.
RDR2 no sólo destaca en sus atractivos gráficos, sino que se nota que está hecho con un mimo enfermizo y cuidado por los detalles: Los cambios noche-día y las estaciones o la climatología se notan en el entorno; el paso del tiempo hace crecer el pelo y barba de los personajes, la ropa se va desgastando con el uso. Tanto los caballos, carros o nosotros mismos dejaremos huellas y surcos en el suelo. Si nuestro personaje se cae al barro estará sucio hasta que se cambie de ropa o se bañe, igualmente pasa si cargamos con un animal que se esté desangrando. Si pasamos por un bosque en el que se están talando árboles y volvemos a pasar tiempo después veremos cómo hay más zona talada. Si a Arthur le quitan el sombrero de un disparo, comprobaremos que nos quedará un agujero de bala. Cuando herimos de muerte a un animal, éste agonizará como lo haría uno de verdad. Nuestra cartuchera se irá vaciando conforme vayamos gastando munición…. Todo esto hace que la ambientación sea absolutamente inmersiva, convirtiéndose en el mejor simulador de cómo sería la vida en el Salvaje Oeste. El juego se ve vivo, lleno de fauna, vegetación y gente que va de aquí para allá. Dicha gente en ningún momento parece NPCs (personaje no jugable en inglés) que esté puesta porque sí, como en la mayoría de los videojuegos, sino que parece que está haciendo sus tareas cotidianas como si fueran personas reales.
Lo único que no me ha gustado nada es que, para ser un juego de mundo abierto, cuando realizas una misión se vuelve pasillero y sobre raíles a límites que rayan el absurdo. Por ejemplo, en una misión, si tienes que seguir a un compañero y te das la vuelta (aunque sea dos metros) para coger algo del caballo, la misión se da por fracasada. O si tienes que dejar un carro aparcado en un sitio, no vale pasarse veinte centímetros, lo tienes que dejar milimétricamente donde el juego quiera. De todas las veces que he tenido que repetir una misión, el 97% no ha sido porque me hayan matado los enemigos sino porque el juego consideraba que no estaba en el punto de control correspondiente. Esto me ha llegado a desesperar tanto que he estado a punto de dejar la historia inconclusa. Y hubiera sido un gran error, puesto que es una auténtica maravilla; tanto que, cuando el juego se termina (aunque realmente estos juegos nunca terminan porque siempre queda algo por hacer), te quedas un tiempo en shock asimilando los sucesos acontecidos. Y es que Arthur Morgan es uno de los personajes con más carisma en la historia de los videojuegos; al poco olvidas que está hecho de polígonos y te preocupas por él como si fuera tu mejor amigo.
Por poner otra pega, hay que avisar que para poder disfrutar en su máximo esplendor de este mastodóntico videojuego vas a necesitar un ordenador “Master Race” pero de la NASA, no válido para equipos modestos o gamers del baratillo. Sinceramente, me parece increíble que las consolas de hoy en día muevan esta bestia parda del entretenimiento digital; señal que aún tienen mucho que ofrecer aunque ya se nos anuncie la llegada de la nueva generación con la PS5 o la nueva XBOX.
A estas alturas te habrás dado cuenta que estoy hablando, sin duda, del mejor juego del año, aunque para ser justos, como mínimo, es el mejor de esta generación. Compra recomendada no, lo siguiente. Si te gustan los westerns y los videojuegos, estás ante una auténtica obra maestra que para ser disfrutada en su plenitud se necesita no tener familia, trabajo, vida social o necesidades fisiológicas.

ME HA GUSTADO
  • La ambientación. Te hace sentir que eres un verdadero pistolero del Salvaje Oeste.
  • Gráficos impresionantes, distancia de dibujado nunca vista y físicas que están a otro nivel.
  • El juego más realista dentro de su género.
  • Horas y horas de diversión.
  • La historia engancha desde el minuto uno.
  • El final de Arthur depende de si has hecho buenas o malas acciones y, sea cual sea, no te dejará indiferente.
NO ME HA GUSTADO
  • Los puntos de control de las misiones no dan mucho margen a la improvisación.
  • Algunos bugs te impiden terminar misiones y tienes que acabar reiniciándolas.
  • Optimización muy exigente, se necesita un ordenador muy potente para disfrutarlo en su máximo esplendor.
  • No viene doblado al español, aunque sí tiene subtítulos, pero no cubre el 100% de las conversaciones.


Comentarios