Juegos de rol, por Emilio Luque del Arco-Calderón

A la vista del gran éxito de recientes eventos como el Salón internacional de Juegos de Mesa de Córdoba, celebrado recientemente en la capital de nuestra provincia, nadie puede negar que estamos viviendo un boom de los juegos de mesa. En este marco, me gustaría hacer una reseña sobre una de las variantes, en mi opinión, más interesantes, que presenta este tipo de ocio lúdico: el juego de rol.
Para los profanos, explicaré brevemente en qué consiste un juego de rol. No deja de ser un tipo de juego en el que cada uno de los participantes asume un papel más o menos ajeno a su propia personalidad. Dentro de un marco de reglas establecido, los jugadores, mediante el uso de su imaginación, pueden meterse en la piel de un poderoso mago en una lucha épica por salvar la Tierra Media, de un superhéroe intentando derrotar a su archinémesis o de un grupo de investigadores de los años veinte en busca de los secretos de una oscura secta que pretende despertar un horror arcano al más puro estilo lovecraftiano. El sistema es asimétrico, pues uno de los jugadores asume el papel de narrador y guía del resto, siendo el responsable de presentar la historia y determinar cómo las acciones de los demás van tejiendo la trama. La sensación de juego es muy interactiva, ya que las acciones de los jugadores determinarán el desarrollo de la trama, para quebradero de cabeza del narrador. La última gran característica de este tipo de juegos es su carácter cooperativo. No suele haber ganadores ni perdedores cuando lo que realmente importa es el desarrollo de una historia.
Generalmente los juegos de rol se mueven entre dos extremos. En el primero encontramos aquellos en los que prima la mecánica. Por su carácter son muy cercanos a un wargame, pudiendo llegar incluso a requerir miniaturas para plantear estrategias de ataque o movimiento. En este género encontraríamos el conocido Dragones y Mazmorras, que inspiró la famosa serie de animación. En este universo, los jugadores encarnarán a los arquetipos clásicos del género de espada y brujería. Bárbaros, hechiceros, bribones y paladines harán las delicias de cualquier aficionado a la literatura fantástica. Los videojuegos englobados dentro del género de rol suelen estar basados en mecánicas de este tipo de sistemas. Ejemplos de ello son los conocidos Fallout, Skyrim, Baldur's Gate o Knights of the Old Republic.
En el otro extremo tenemos juegos en los que lo importante es la historia que se desea contar. Son los sistemas llamados narrativos, como pueden ser FATE o In-Spectres. El ejemplo más conocido es sin duda el "Mundo de Tinieblas", y sobre todo, su abanderado, "Vampiro la Mascarada". Esta ambientación gótico-punk, oscura y decadente, presenta historias de seres sobrenaturales en lucha por controlar el mundo desde las sombras. Los jugadores podrán interpretar a un grupo de vampiros intentando medrar dentro de una estricta sociedad jerarquizada, ocultos al resto de los mortales.
En resumen, existe un abanico infinito de ambientaciones para juegos de rol. El límite es la imaginación. Cada cual puede buscar la que considere más sugerente. Incluso han aparecido recientemente una serie de títulos diseñados especialmente para el público infantil. Pequeños Detectives de Monstruos o Magissa, de la editorial española Nosolorol son dos fantásticos ejemplos. Este tipo de juegos son ideales para que los niños descubran la importancia del trabajo en equipo a la vez que desarrollan su imaginación y empatía.
Para aquellos interesados en el desarrollo y mecánica de este tipo de juegos, recomiendo el episodio 14 de la segunda temporada de la serie Community. En mi opinión, el más acertado acercamiento jamás rodado a lo que realmente es una partida de rol.


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