Reseña sobre Enrique Reina Segura, por Rafael Mendoza

Puente Genil
Inquieto, curioso, expansivo, genial..., son algunas de las palabras que podrían definir al artista Enrique Reina Segura (Puente Genil, 1977). Poco conocido debido a que no participa del “mercado del arte”, este libre creador poco dado a transmitir su obra a través de las nuevas tecnologías tan importantes en el s. XXI es sin embargo un joven valor de la pintura en nuestra provincia.
El joven pintor pontanés demostró desde su infancia un vivo interés por la creación artística, pintando y transformando todo lo que tenía a su alcance. Animado por maestros y profesores, que percibieron prontamente sus cualidades, su vocación le llevó a ingresar en la escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde cursó sus estudios entre los años 1996-2001, simultaneando su formación con los estudios de escenografía en el Centro Andaluz de Teatro.
Fruto de su aprendizaje y estancia sevillana surgió su primera exposición individual “Los trabajos y los días” en los que se entrelazan paisajes urbanos en los que se respira el bullicio y el ajetreo diario de la metrópolis del sur, haciendo “pandan” en agudo contraste con paisajes rurales.
Precisamente el paisaje ha sido una constante en su obra y su temática predilecta, definiéndose a sí mismo como un pintor figurativo. Sus maestros figurativos no escatimaron  elogios refiriéndose al mismo. Esperanza de los Ríos, doctora en Historia del Arte y una de sus maestras en esta etapa calificó la exposición de “seria y profunda”, ya que “nos acerca serenamente a los ritmos inmutables y majestuosos de la vida”, destacando la variedad de su estilo pictórico, pues “pinta con una objetividad que en ocasiones raya en el hiperrealismo; en otros, su poesía remite a la más pura esencia de la escuela de Barbizón”.
Vista del Guadalquivir
Su vocación docente comenzó de una manera inesperada cuando inició su andadura la academia “Ada” en su Puente Genil natal. que el mismo dirigía. Profesor de Dibujo de enseñanza secundaria desde el año 2004, fue destinado a distintas localidades de la geografía extremeña como Fuentedecantos, Mérida, Badajoz o Ribera del Fresno. Curiosamente los continuos desplazamientos por carretera entre Andalucía y Extremadura le sirvieron de inspiración para su segunda exposición individual, “Se hace camino” (2005), en la que puede observarse una madurez y una pincelada más resuelta.
Su obra, sin embargo, no se agota en el paisaje. Las dieciocho telas de su última exposición ”Lleno y vacío” (2013), demuestran una clara sensibilidad social y una preocupación por los problemas derivados por la crisis que asolan nuestro país en la actualidad. Este compromiso es patente en sus obras, donde se dan citas manifestantes que reclaman sus derechos, el drama de la emigración o la actual crisis del arte y todo sin embargo con un rayo de esperanza y admiración por todas esas personas llenas de vitalidad que luchan día a día contra el vacío espiritual de nuestros días.
En los últimos años el prometedor artista pontanés no ha dejado de tomar nuevos caminos y formas de expresión como el teatro o la creación escénica, que sin duda aportaran riqueza a su obra, convirtiéndole en el “artista total” al que ya apunta y al que habrá que estar atento los años venideros.
Madrid

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