Calor, sequía y elecciones en julio, por Paco Espejo


Montilla, tierra de vinos, historia, buena gastronomía y... ¡un sol abrasador que podría derretir hasta las ideas políticas más firmes! Pero, ¿qué ocurre cuando el calor estival se combina con una sequía devastadora y unas elecciones sorpresivas un 23 de julio? ¡Es momento de encender el aire acondicionado y poner a prueba nuestro sentido del humor!

El verano en Montilla es conocido por sus altas temperaturas, pero este año parece que el sol ha decidido aunar esfuerzos con la falta de agua. La sequía se ha instalado como una invitada persistente, haciendo que nuestras fuentes parezcan ruinas y nuestros olivos y vides estén más sedientas que un runner a las 4 de la tarde en agosto por el Poli. ¡Incluso las chicharras están pensando en mudarse a un lugar más húmedo!

Pero lo que realmente aparece como novedad este año es la combinación de todo lo anterior con unas elecciones políticas en pleno julio. ¿Acaso el calor no era suficiente? Ahora debemos lidiar con debates acalorados y políticos sudorosos tratando de ganarse nuestro voto mientras nosotros soñamos con una piscina llena de agua fresca. Y lo que es peor, la posibilidad de que te toque formar parte de la mesa electoral; sudores fríos noto por la espalda.

Sin embargo, no todo es malo. La sequía y las elecciones nos brindan una oportunidad única para ejercitar nuestro sentido del humor ante el mal tiempo... ¿Qué tal si los debates electorales se hicieran en formato Grand Prix? Tal vez así, en lugar de una campaña de carteles y mítines, tendríamos una competición más amena.

Recuperando la cordura, se nos avecina un verano entretenido, lleno de promesas, calor y poca agua, donde los políticos se disputan el voto ciudadano mientras el termómetro alcanza cifras récord. Quizás alguno descubra, a la hora de votar o en la mesa electoral, lo que significan las aulas sin climatización en verano y se dé cuenta de lo desagradable que puede ser pasar un rato en ellas.

Concluyendo, en medio de la sequía, el calor sofocante y unas elecciones que desafían toda lógica estacional, queridos lectores, no nos queda sino demostrar una vez más nuestro espíritu resistente y nuestro sentido del humor imbatible. A pesar de que el sudor amenaza con deshacernos, seguimos adelante, encontrando la manera de reírnos mientras esperamos que lleguen las lluvias y los políticos y el ambiente se refresquen.

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