A finales del mes de septiembre llegaba a la plataforma Netflix la serie del gran director Daniel Sánchez Arévalo titulada “Las de la última fila”. Esta serie, que en su imagen principal muestra a cinco mujeres rapadas, es una muestra de las diferentes situaciones de la vida a las que una persona se tiene que enfrentar, es un canto a la amistad y un salto para salir de la zona de confort.
“Las de la última fila” trata de cinco mujeres que emprenden un viaje a Cádiz con todo un futuro incierto; a una de ellas le han detectado cáncer (pero por suerte este no es el hilo conductor de la serie) y cuando quedan para dar la preocupante noticia deciden raparse y que cada una escriba una nota que se guardará en una caja sobre algo que le gustaría hacer antes de morir, algo que le suponga salir de su zona de confort y cada día de los que estén en las vacaciones abrirán ese papelito que han escrito y tendrán que cumplirlo.
Cuando comienzan a abrir los papelitos las resistencias de la vida rutinaria que llevan les hace frenarse a la hora de cumplir los deseos de las amigas, pero poco a poco se van dejando llevar. Así, el primer papelito que abren es liarse con una mujer; el segundo papelito se trata de tomar drogas; el tercer papelito incita a cometer un delito; el cuarto, a solventar cuentas pendientes; y el quinto consiste en decir la verdad.
En ese camino empiezan a conocerse a sí mismas, a ser conscientes de los miedos que tienen, aprenden a perdonar y perdonarse y también a dejar ir a las personas que no quieren estar en su vida.
Además, esta serie es un regalo a las personas que nos acompañan desde el colegio o el instituto; esas que, aunque no veas de forma continuada, te recuerdan los mejores años de nuestras vidas, los viajes compartidos, nuestros primeros amores o las travesuras que se nos ocurrían entre la inocencia y las ganas de romper con lo establecido.
Y si todavía esto no es suficiente para ver “Las de la última fila”, la banda sonora y el cameo de Rigoberta Bandini la hacen más especial; y que al ritmo de “Too many drugs” o “Julio Iglesias”, la serie hace que solo te apetezca juntarte con tus amigos de siempre y volver a la discoteca para bailar hasta altas horas de la noche y que por un momento se disipen todos tus problemas, dándole importancia a lo que realmente importa.
Por otro lado, tenemos en la dirección a Daniel Sánchez Arévalo. Cuenta sus películas por éxitos, y es que habla de una forma cotidiana de las relaciones humanas. Y tras algunas de sus obras maestras como “AzulOscuroCasiNegro”, “Primos” o “Diecisiete”, se decide a trabajar con mujeres para hacer una serie con una sensibilidad y un humor que provocan que en una escena estés riendo y a la siguiente estés con una lagrima en la mejilla.
Con todos estos ingredientes os invito a ver “Las de la última fila”, una serie que desde la humildad invita a vivir sin peros, a afrontar los problemas de la mano de las personas que siempre han estado ahí y que seguirán estando a pesar de todo; una serie donde las mujeres cuentan su historia desde una visión femenina y con un lenguaje donde todas pueden sentirse representadas; una serie con un toque de locura, cuya pregunta última sería, ¿qué te atreverías a hacer si te dijesen que tienes una enfermedad que puede ser mortal?, ¿te atreverías a saltar en paracaídas si tus amigas de toda la vida te cogen de la mano?
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