El cangrejo director, por Óscar Marcos


¿Puede verse cine de autor en Netflix? Cualquier buen cinéfilo respondería a priori que no, pero no hay que dejarse llevar por las apariencias entre tanta serie y película de estreno y de éxito. Y eso puede extrañar aún más si hablamos de películas francesas, pertenecientes a un cine que ha mantenido desde siempre un reputado y merecido prestigio, ya desde sus inicios, puesto que nació de la dicotomía entre el realismo de los hermanos Lumière y del ilusionismo de George Méliès. En todo caso, no sé si he llegado a despistar o a engañar del todo al algoritmo de la compañía estadounidense pero he conseguido, no sin esfuerzo y paciencia, encontrar películas allí de reputados directores clásicos galos como Abel Gance, Jacques Becker, Jean Renoir, Marcel Carné, René Clément, Louis Malle, Claude Chabrol o una “inencontrable” película antibelicista del mismísimo Jean-Luc Godard, nada más y nada menos.

También, con un poco de suerte y algo de casualidad, al buscar allí algo sobre la guerra de Indochina, me topé no hace mucho con un tal Pierre Schoendoerffer, un director francés relativamente poco conocido y del que aún me cuesta escribir bien su apellido, pero muy recomendable y con algunas obras de alta calidad fílmica. Reitero que desconocía su nombre y su obra, pero poco a poco fui indagando sobre él y pude saber que ganó varios premios importantes en festivales de televisión europeos como la BBC y la RAI o los estadounidenses Emmy, o de cine en Francia (Cannes) y Estados Unidos (Hollywood), siendo admirado por grandes del cine como Francis Ford Coppola, John Milius y Oliver Stone, tomándolo como referente en grandes películas de la guerra del Vietnam como “Apocalypse Now” (1979) o “Platoon” (1986). Tanto su vida, con una juventud aventurera, como su obra son muy interesantes, ya que Pierre Schoendoerffer hizo casi de todo: fue marinero, soldado, viajero trotamundos y reportero de guerra. Todo lo cual le llevó a contar sus experiencias vitales a través de la escritura, la fotografía, el cine y la televisión.

Su experiencia viajera se refleja en documentales como el interesante “El desfiladero del diablo” (1958) o la película dramática y bastante mediocre “Pescador de Islandia” (1959). En la primera puede verse la vida de los jinetes nómadas de Afganistán a través de dos hermanos. Pero lo que realmente marcó a Schoendoerffer fue su experiencia bélica en la guerra de Indochina (1947-1954), en la terrible batalla de Diên Biên Phu (1954), como reportero de guerra, en el punto álgido y decisivo que supuso la retirada francesa de su antigua colonia del Sudeste Asiático. Y ello se refleja muy bien en dos de sus mejores películas como son “El cangrejo tambor” (1977) y, sobre todo, “Diên Biên Phu” (1992), que quizá sea su obra maestra y de madurez. En la primera, protagonizada por un sublime Jean Rochefort, se cuenta su experiencia como marinero y, de manera más indirecta, hay referencias a Vietnam y a su amado golfo de Tonkín. Sin embargo, la segunda es una verdadera sinfonía orquestal en la que se cuenta de manera colectiva el día a día y casi la hora a hora de la batalla que da nombre al film, y que supone una reflexión no sólo de la presencia francesa y occidental en Asia, sino, sobre todo, una verdadera declaración de intenciones en la que valores como el humanismo, el amor, la amistad, el honor y la honestidad están por encima de las luchas fraticidas y de las contiendas bélicas, siendo una exaltación del tiempo presente y del adagio latino del carpe diem, y de manera parcial y nada ególatra está también contada su propia historia individual en aquella cruenta batalla.

Su experiencia bélica como reportero no acabó con la salida francesa de Indochina, ya que años después, cámara en mano, acompañó a un pelotón estadounidense durante la guerra de Vietnam, que le mereció un premio Oscar en Hollywood al mejor documental en 1968 y algunos otros de los premios referidos anteriormente.

Además de las películas citadas, también puede verse en la susodicha plataforma de la “ene roja mayúscula”, “Objetivo 500 millones” (1966), un entretenido y notable film noir de atracos donde un rudo veterano de guerra es contratado por una pareja para robar un avión postal y que tiene grandes momentos e interpretaciones que recuerdan a las memorables y muy superiores películas clásicas de cine negro como “Atraco Perfecto” o “La Jungla de Asfalto”. No es casualidad que el buen guión estuviese escrito por nuestro Jorge Semprún, colaborador de otros grandes directores franceses como Alain Resnais o Yves Boisset. Y este último me recuerda otra gran película que puede verse en la misma plataforma como es la notable “Allons Z’Enfants” (1981), donde se denuncian los abusos en un internado o escuela militar. En definitiva, si se busca bien, hasta en Netflix puede verse buen cine francés. 



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