Aprovechando el veinte aniversario del nacimiento de nuestra asociación, y tras la petición de nuestro presidente, afronto el reto de hacer un balance de lo acontecido en el baloncesto europeo a lo largo de estas dos últimas décadas. Y aunque Gardel cantaba aquello de que veinte años no es nada, para el baloncesto español han supuesto el espaldarazo definitivo para coronarse como la selección más laureada en el viejo continente con un total de trece metales, sumados en las tres citas internacionales de prestigio (olimpiadas, mundiales y europeos). Tampoco a nivel de clubes la cosa ha pintado nada mal, con un balance de cuatro Euroligas, siete Eurocup, dos Fiba Europe Cup y tres Basketball Champions League.
El caso del equipo nacional, como llamaba Antonio Díaz Miguel a la selección, merece un estudio detallado. Sus números son aplastantes y solo la todopoderosa EE.UU la supera en el ranking FIBA y en la hegemonía del baloncesto mundial. Intentando no asfixiar con números y estadísticas, de obligado cumplimiento es recordar los logros acaecidos en estos años, y así trataré de hacerlo los más llevadero posible evitando mencionar planteles, o jugadores más valorados en diferentes torneos, de lo contrario necesitaríamos muchas más líneas de las aquí citadas.
Empecemos recordando las dos platas olímpicas (Pekin 08, Londres 12) en las dos finales ante EE.UU y con diferentes inquilinos en el banquillo nacional (Don Alejandro y Scariolo, respectivamente) la selección tuvo opciones hasta los últimos minutos, demostrando así el enorme potencial de sus jugadores. Cuatro años más tarde (Río 16) los de Scariolo volvieron a subir al pódium, aunque en esta ocasión hubo que conformarse con un bronce. Cerrando así, de momento, el ciclo olímpico.
El 3 de septiembre de 2006 España conseguía de la mano de otro ilustre, Pepu Hernández, la XV Copa del Mundo de Baloncesto Masculino. Grecia fue el rival, y aunque los de Giannakis se presentaban fuertes en la final tras hacer hincar la rodilla a EE.UU en las semis, los nuestros dominaron de principio a fin, con Pau Gasol viendo el partido desde el banquillo por lesión, pero con una actuación coral inolvidable.
Trece años y doce días (12 de septiembre de 2019) tuvieron que pasar para volver a ver a la selección en lo más alto del medallero mundial. Con solo dos supervivientes de Japón, Rudy Fernández y Marc Gasol, y con Scariolo en el banquillo, la final ante Argentina casi fue un paseo militar. Nada que ver con la trabajadísima victoria es semis ante Australia, que necesitó de dos durísimas prórrogas.
En el viejo continente, el dominio de la selección nacional ha sido totalmente aplastante, con un total de trece metales, seguida muy de lejos de Lituania con siete. Los tres oros conseguidos (Polonia 09, Lituania 11, Francia 15) tienen un nombre propio, Sergio Scariolo. Y es que el de Brescia no ha dejado de acumular éxitos desde su llegada al banquillo en febrero del 2009. Las dos platas se las repartieron Moncho López (Suecia 03), ¿se acuerdan?, y Pepu Hernández (España 07). Y con respecto a los tres bronces, dos nuevas caras en los banquillos con Imbroda (Estambul 01) y Juan Antonio Orenga (Eslovenia 13), y el ya mencionado Scariolo (Turquía 17).
Ahora las miras están puestas en las dos próximas citas internacionales. Por un lado, el Europeo del próximo verano con sede en Alemania, República Checa, Georgia e Italia. Y con miras un poco más lejanas, el Mundial del año próximo con sede repartida entre Indonesia, Filipinas y Japón.
En la faceta de clubes, los títulos conseguidos suman un total de dieciséis, repartidos entre las cuatro competiciones europeas. Once bajo el amparo de la ULEB, y seis bajo el de la FIBA. En la máxima competición (Euroliga), los dos grandes del baloncesto español, Real Madrid y FC Barcelona, se reparten dos títulos cada uno. Los catalanes, con Pesic a la cabeza, conseguían su primer título en casa (Barcelona 02/03), mientras que el segundo llegaba desde Francia (Paris 09/10) bajo las órdenes de Pascual. El Barcelona, actual subcampeón del torneo con Jaskevicius (Colonia 20/21), ha disputado ocho finales a cuatro desde la creación de la competición. Por su parte, el Real Madrid, con una final a cuatro menos, siete en total, y bajo las órdenes de Pablo Laso, sufrió dos decepciones consecutivas ante Olympiakos (Londres 12/13) y Maccabi (Milán 13/14). Pero en su tercera final consecutiva, al fin, conseguía ante Olympiakos su primera corona europea del siglo XXI (Madrid 14/15). Tres temporadas después, los de Laso nuevamente conseguían el título ante el Fenerbahce de Obradovic (Belgrado 17/18). Dos equipos españoles más remarían hasta llegar a la orilla sin conseguir las mieles del triunfo: Baskonia, de la mano de Ivanovic, vio esfumarse dos finales, la primera ante la Virtus de Messina, y la segunda ante el Maccabi de Gerson (Moscú 04/05). Cuatro finales a cuatro más consiguieron encarrilar los vitorianos para poco a poco ir decayendo en la competición. Por otro lado, Scariolo (Atenas 06/07) consiguió para los malagueños de Unicaja la mejor clasificación de su historia en la máxima competición de clubes europea, pero el CSKA de Messina frenó el sueño de los andaluces en semis.
En el cómputo general del torneo precisamente el CSKA muestra unos números impresionantes con dieciocho finales a cuatro, siete finales y cuatro títulos. Los mismos títulos se reparten Panathinaikos y Maccabi. Con los mismos que Madrid y Barca (dos títulos) se encuentra el Olympiakos y con solo uno, que no es poco, Fenerbahce, Virtus y el actual campeón, Efes Estambul. Desde el banquillo, dos nombres propios marcan las diferencias; por un lado, Etore Messina con sus tres títulos (dos con CSKA y uno más con la Virtus) en sus nueve finales a cuatro. Y por el otro, el rey de los banquillos de Europa, Zeljiko Obradovic, con cinco campeonatos (cuatro con Panathinaikos y uno con Fenerbahce) y tres subcampeonatos más. El israelí Gerson (tres títulos), Laso (dos), y Batzokas, Ataman, Pesic, Pascual, Ivkovic y Blatt (todos con uno) también disfrutaron de las mieles del triunfo de la Euroliga.
La Eurocup, la hermana pequeña de la Eurroliga, también ha visto los logros de equipos españoles. El más laureado, sin duda alguna, es el Valencia Basket, que bajo las órdenes de Olmos, Spahija y Perasovic por dos veces llegaron a levantar el trofeo hasta en cuatro ocasiones. El mismo Perasovic vio cómo se les escapaba la quinta final que disputaban los valencianos. El Real Madrid vivió la cara y la cruz de este torneo con una victoria en dos finales. Joan Plaza vería la cara mientras que a Julio Lamas le tocó la cruz. También el Joventut de Badalona de Don Alejandro, o el Unicaja Málaga de Joan Plaza pudieron disfrutar del título en una competición que no pudieron conseguir el Girona de Pedro Martínez, el Cajasol Sevilla de Joan Plaza (otra vez Plaza), el Bilbao de Katsikaris y el Gran Canaria o el Alba Berlín de Don Alejandro. Como podemos ver, la nómina de equipos españoles que han alcanzado la final en la Eurocup es síntoma inequívoco de la buena salud de nuestro baloncesto, también a nivel de clubes.
Con respecto a las competiciones de clubes FIBA, y en su primera competición, hasta cuatro equipos españoles han conseguido el título. El primero de ellos el Joventut de Badalona de Don Alejandro (otra vez Aíto, Fiba Europe Cup 05/06). Una temporada después con Pesic al frente, el Girona sucedía al Joventut en el trono FIBA (FIBA Europe Cup 06/07). Diez años después y ya bajo la denominación Basketaball Champion League, el Tenerife de Chus Vidorreta conseguiría el título en la 16/17, y el subcampeonato en la 18/19. Para poner la guinda a esta competición, otro equipo español, el San Pablo Burgos, ha conquistado las dos últimas ediciones de la mencionada Basketball Champions League bajo las órdenes de Joan Peñarroya.
Y para finalizar, un último dato; en los veintiún años que hemos recordado, han sido veintiún logros los conseguidos por el baloncesto español. Solamente en los años 2000, 2002, 2004 y 2005 el baloncesto español no se llevó ningún título o medalla. Números de altura para el deporte de la canasta, que sin duda ha sabido amortizar al máximo la generación de los Juniors de Oro, que tras la consecución del Campeonato del Mundo de Lisboa 99 abría el camino a las dos décadas más exitosas del baloncesto español.
Comentarios