La banda sonora para 20 años perrunos, por Antonio Luque Sánchez


Siempre me he sentido fascinado por aquellas personas que recuerdan hasta el más mínimo detalle de un momento pasado, independientemente del tiempo que haya transcurrido. Batallitas, las llaman algunos. “Hace ya 20 años, pero lo recuerdo como si fuera ayer”. Pues no es por quitarle la razón al gran Carlos Gardel, pero dos décadas es mucho tiempo e invocar la memoria para rememorar qué pasó en el 2002, un auténtico desafío. Aún así, ¡acepto el reto!

Seguramente uno de los discos que más marcó mis preferencias musicales, el año en el que la Asociación Cultural El Coloquio de los Perros mantenía sus primeros encuentros oficiales, fue Speaking of now. Suponía la vuelta de Pat Metheny Group, una formación con la que eché mis primeros dientes de jazz, después de la publicación de Imaginary Day, un lustro antes. Con un nuevo sexteto, en el que se mantenían la guitarra de Pat Metheny, el piano de Lyle Mays y el contrabajo de Steve Robdy, se incorporaron al proyecto tres instrumentistas de altísimo nivel como Richard Bona, Cuong Vu y, sobre todo, Antonio Sánchez. Tuve la fortuna de disfrutar de sus baquetas en el Gran Teatro de Córdoba hace ya un buen puñado de años, más recientemente en el Teatro de la Axarquía, y sigue siendo el batería más impresionante del panorama musical contemporáneo. Speaking of now es una vuelta a los orígenes de Pat Metheny Group, pero llegando todavía más lejos, tras adentrarse en nuevos terrenos para la banda. Algo así como retroceder para coger impulso. Desde el primer dúo Metheny-Mays en As it is, primer corte del disco, hasta la exhibición rítmica de Wherever you go, última pieza de Speaking of now, es un trabajo que supone una exhibición de facultades, tanto a nivel compositivo como interpretativo.

Y como no sólo de jazz viene un buen melómano, el comienzo del nuevo siglo, el año 2002 para ser exactos, también fue una época de descubrimientos musicales personales. Uno de ellos, que destaco en este aniversario 'perruno' fue la presentación en sociedad de Norah Jones. Su debut en el mercado discográfico con el álbum Come away with me supuso un inesperado éxito que llevó al sello Blue Note a lo más alto de las listas de ventas. Veinte millones de copias en todo el mundo lanzaron la carrera de la cantante neoyorquina, abriendo de paso el manido debate sobre la pureza del jazz como estilo musical. Sin entrar en esas valoraciones, la voz joven, sugerente y sensual que Norah Jones traslada en su primer trabajo discográfico es un placer que cualquier aficionado a la música debería darse de vez en cuando.

Son recomendaciones que sirven de banda sonora a estos 20 años de tertulias, catas de cerveza y de vinos, debates y otros menesteres, en los que me he visto envuelto más de una vez y que espero poder seguir repitiendo: “Oh cuántas y cuáles cosas te pudiera decir, Cipión amigo, desta morisca canalla, si no temiera no poderlas dar fin en dos semanas! Y si las hubiera de particularizar, no acabara en dos meses; mas, en efeto, habré de decir algo; y así, oye en general lo que yo vi y noté en particular desta buena gente. 

Brindo con música y vino por 20 años más. SALUD.

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