Es por ello que los videojuegos del murciélago siempre me han atraído especialmente, y es muy posible que haya jugado a todos los títulos importantes que han salido al mercado. El primero que recuerdo fue aquel plataformero y endiabladamente difícil Batman de 1986, que lo jugué con un Spectrum; y el último, el Arkham Knight de 2014. Entre medias han salido desde juegos en 2D, 3D, juegos de lucha, aventuras conversacionales, hasta videojuegos de Lego en los que aparece Batman. De entre todos ellos me quedo con uno con los ojos cerrados: el Batman Arkham City (2011), continuación del magnífico Batman Arkham Asylum (2009). Si el primero era una obra maestra, el segundo ya rozaba la perfección.
Batman Arkham City no solo es el mejor juego de Batman jamás creado, sino que posiblemente sea uno de los mejores videojuegos de la historia. Se trata de un hack and slash Sandbox en tercera persona, con cinemáticas bien trabajadas y con una historia que te atrapa desde el primer momento. Normalmente, estos juegos se centran en el combate y la historia pasa a un segundo plano, siendo ésta una mera excusa para enfrentarnos a hordas de enemigos durante horas. En este caso, la trama tiene un gran peso en el juego; no lucharemos porque sí, sino que cada golpe que damos sentimos que tiene una finalidad y que no estamos solamente machacando botones. Nuestro objetivo será liberar la ciudad de Arkham del malvado plan del Joker, que consiste en matar a todos los habitantes con un poderoso suero hecho con la sangre infectada de sí mismo. Mientras, Batman intenta sobrevivir a la par que luchar, puesto que él también ha sido infectado, así que necesitamos el antídoto y rápido. Durante la partida podremos enfrentarnos a enemigos clásicos de Gotham como el Pingüino, Mr Freezer, Dos caras, Ra's Al Ghul y a su hija Thalia.
La ciudad de Arkham es enorme y está muy bien recreada. Recorrerla saltando por los tejados, planeando y usando el bat-gancho es una gozada. Mientras sobrevolamos la ciudad, en cualquier momento podemos impedir un delito, ya sea porque lo hemos visto, escuchado o porque nos avisa por la radio Alfred (nuestro fiel mayordomo). En este tipo de juegos existen gran cantidad de misiones principales, secundarias, puzles y coleccionables. Si bien la mayoría de las misiones son muy divertidas y están bien implementadas en la historia, otras son las clásicas y tediosas “chico de los recados”, tan intrínsicamente ligadas a los videojuegos de mundo abierto.
En el apartado técnico luce muy bien, incluso para el estándar actual. Los gráficos son espectaculares, las cinemáticas muy buenas y el doblaje al español impecable. Tanto el sonido como la banda sonora cumplen. Cierto es que adolece de algún que otro bug molesto, pero es normal que un juego tan colosal los tenga. En mi caso fueron muy puntuales, aunque más de una vez tuve que reiniciar alguna misión porque se bugueaba un punto de control.
El juego destaca en los combates cuerpo a cuerpo. Aquí es donde Batman se siente poderoso; puedes realizar un gran número de combos, golpes especiales y usar los clásicos gatches como el batarang, sin olvidar los bloqueos, contragolpes y esquives imprescindibles para sobrevivir en las peleas. Es realmente divertido cuando te ves rodeado de enemigos y los acabas eliminando a todos. La única pega es que cuando llevas unas cuantas horas los combates pueden ir volviéndose rutinarios y acabas con los enemigos “en automático”, puesto que ya aprendes rápido qué tipo de botón debes apretar en cada momento. Pero tranquilos, eso tarda mucho en pasar; Arkham City te dará decenas de horas de diversión. Eso sí, los combates son muy cinematográficos, al estilo de las pelis de kung fu; o lo que es lo mismo, nada lógicos. En todas las películas de acción, cuando el protagonista se ve rodeado de enemigos, estos le atacan de uno en uno, cosa que en la vida real sería absurdo; lo normal, si tienes superioridad numérica, es aprovecharla. Lo mismo que se lo perdonamos a Hollywood, lo haremos también con este juego.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que a la hora de afrontar las misiones puedes usar el sigilo y planificar tu actuación cuidadosamente o entrar a saco, puesto que Batman tiene recursos físicos y tecnológicos suficientes como para no temer a nadie. En mi caso, recomiendo ir eliminando a los enemigos sin ser detectado, ya que el juego se vuelve más divertido y un poco más sensato. Batman es el Caballero Oscuro, pero no es tonto. Mejor no dar la alarma y evitar que te rodeen todos los enemigos, ¿no creéis?
Para ser un juego de diez debería contar con algún modo cooperativo en el que un amigo pudiera jugar como Robin o Catwoman; eso, además de alargar la vida del título (que ya es larga de por sí), lo habría hecho sumamente divertido y habría abierto un abanico de posibilidades en su jugabilidad.
En cualquier caso, nada desmerece esta joya del entretenimiento digital. Si te gustan este tipo de juegos, Batman Arkham City es uno de los mejores que puedas comprar y no te va a defraudar para nada. Es tan bueno que da mucha lástima cuando se termina. Si quieres sentirte como Batman, patrullar la ciudad desde las alturas y dar mamporros como si no hubiera un mañana…, este juego está hecho para ti.
PROS
- Extremadamente divertido y adictivo.
- Los combates.
- Los gatches de Batman.
- Planear por la ciudad.
- Montones de misiones y cosas por hacer.
- El uso del sigilo y poder ir eliminando enemigos de uno en uno sin ser detectado.
CONTRAS
- Bugs puntales.
- Algunas misiones secundarias poco inspiradas o directamente aburridas.
- Los combates a la larga pueden hacerse repetitivos.
- Se echa en falta un modo cooperativo.
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