Sodoma y Modorra. Sin bozal, por Leonor Rodríguez "La Camacha"

Verano del 78. En una televisión española en guerra por el color, Argentina se coronaba campeona del Mundo de fútbol ante millones de albicelestes exultantes, Tanguito en mano y ojo avizor al Ente Autárquico. Poco después, Bernard Hinault ganaba el primero de sus cinco Tour de Francia, huelga mediante. Y ya en agosto, los tediosos torneos futbolísticos de verano se empeñaban en sobrevivir a una época de estrechez económica.
Treinta años después, el guion se repite. Con algunos matices, sí; no me seáis tiquismiquis. En realidad, mis ya cansados ojos ven repetirse cada verano el mismo desconcierto; la misma cosecha esperada, año tras año, de opio catódico. El fútbol veraniego como nueva religión; los púlpitos de antaño dirigidos ahora por fanfarrones presidentes anunciando a los nuevos cristianos. Y en Teledeporte, ciclismo en vena como pastilla para dormir. Que, puestos a no hacer nada, mejor una siesta, dirán algunos…
¡Cómo os gusta acomodaros! Anheláis durante once meses unas merecidas vacaciones para desperdiciarlas tirados en el sofá, fumando fútbol insulso y esnifando otros deportes estúpidos que dejan en buen lugar aquello del pan y circo. El nuevo vicio de Sodoma es la televisión sin cultura, y en Modorra se importan los vicios como quien adquiere tomates de la tierra. ¡Yo maldigo! Maldigo el tiempo en que Teresa Herrera dejó de ser una célibe benefactora para convertirse en una horrible torre de oro y plata.
Triazolam y circo, propongo como nuevo lema. Ahora la droga se compra con mando a distancia. En pleno siglo XXI, el de las nuevas oportunidades tecnológicas, el de la era digital, el del cambio del paradigma. Y, sin embargo, os seguís chutando ingentes cantidades de sodoma mientras quienes manejan el cotarro inyectan podredumbre moral desde el otro lado. “Sigue disfrutando de ese fútbol de pacotilla mientras yo termino de endiñar el parné”, pensarán quienes consiguieron tener su mejor aliado en el combi “sofá+TV”.
Al menos, este año no es olímpico. Añoro esos tiempos en que las Olimpiadas eran sinónimo de honor, deportividad y patriotismo. Pero eso no incumbe ahora. Lo único, al menos, es que este año no tenemos curling para merendar. Ya sería el colmo a tanta desfachatez de sofá y siesta.
¡Espabila, tú que eres joven! No has sido capaz de subir una cuesta en bicicleta en tu vida, ¿qué te aporta una etapa con final en el Tourmalet? ¿Acaso eres capaz de ver algo interesante en el Trofeo Colombino? ¿Cuántas medallas de oro podrían colgarte a ti por desperdiciar tu vida delante del televisor? Entrena la mente y échale horas a los libros, mequetrefe. Que algunos no sabéis ni lo que era la letra che…
El opio deportivo es asqueroso durante el resto del año, pero en verano es, sencillamente, insufrible. Como quien es fumador habitual y le da por el “Ducados Rubio” en vacaciones. Pero claro, con Carlos de Andrés y Perico Delgado como estanqueros de lujo, ¿quién se resiste en vacaciones a un mal cigarro disfrazado de buen habano?
Yo me resisto, sinvergüenzas. Y me voy de Modorra…

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