El Danubio, por Paco Espejo

"Este es el sentimiento predominante del libro. La cultura europea es como el Danubio, que atraviesa fronteras nacionales, humanas, psicológicas. El Danubio es el símbolo de estas diferencias, pero también del rescate de su unidad. El viaje es una posibilidad de salvar esas fronteras, igual que las salva el río, preservando siempre la diversidad” C. Magris.
El Danubio es un río y un libro. Con esta dualidad no pretendo simplemente soltar una obviedad al uso, sino que es la sensación, o mejor dicho intuición, de que ese elemento puramente natural como es un río, ha conseguido alumbrar en su seno a un “cajón de sastre humano”, en el sentido de un área con una diversidad cultural auspiciada por las aguas a las que Strauss dedicó su famoso vals.
El narrador que nos plantea este viaje es el escritor italiano y germanista Claudio Magris. El libro se nos presenta como un relato del viaje que realizó con varios amigos, a mediados de los 80, a lo largo del Danubio, desde su nacimiento en la Selva Negra hasta su desembocadura  en el Mar Negro.
Según palabras del propio Magris, el viaje es “interno y externo”, ya que más allá de la mera geografía y anécdotas nos invita a bañarnos en el paisaje humano de pueblos y culturas que habitan los casi 3000 km de longitud y sumergirnos en la vieja idea de la monarquía Habsburguiana de la Mitteleuropa o Europa Central, entendida como la composición de la convivencia entre distintas culturas y nacionalidades bajo el paraguas de una civilización danubiana que tomó forma en las últimas etapas del Imperio Austrohúngaro, frente a otro tipo de nacionalismos unificadores y homogeneizantes ante la diversidad, como Prusia.
Con la premisa de esta dualidad entre el crisol de pueblos austríacos y la idea de nación alemana promulgada por Prusia, nos pone frente a frente las dos culturas germanas, ya que en este viaje Magris no cesará de resaltar el papel de los alemanes en Mitteleuropa. En palabras del propio escritor, “los germanos han sido los romanos de Europa Central”.
El viaje recorre los paisajes de Alemania, Austria, Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria, salpicando la narración con perlas de historia, como la edificación de la catedral de Ulm, el sitio de Viena o la apacible vida del archiduque Franz Ferdinand. También se nos presenta a la vanguardia cultural de una Europa aún bajo el telón de acero y el interesante testimonio de la vida cotidiana y convivencia en lugares como Timisoara, bajo Ceaucescu, o una aldea serbia en la Yugoslavia de Tito.
Me ha parecido interesante compartir este libro por la visión que el escritor italiano ofrece, una incisiva mirada al problema del nacionalismo, la Prusia que derivó en la Alemania Nazi, el totalitarismo y la búsqueda de la cultura-nación superiora; pero también de todas las victimas que ha producido desde los campos de exterminio hasta el conflicto yugoslavo que se deja intuir. Frente a esto aparece como una balsa de aceite el espíritu de los Habsburgo, un estado plurinacional rico en la diversidad, basado en una ideología supranacional con el predominio cultural germanizante, idea que nos intenta transmitir el autor.
El libro es un atlas de la memoria a las orillas del Danubio, un compendio de pequeñas historias y anécdotas, creando un relato solvente que nos invita a reflexionar sobre nuestro presente y futuro. “Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río” decía Heráclito; quizás sea hora de cuestionarlo.

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