La
historia del ser humano abarca millones de años. Por su paso nos han dejado su
impronta miles de personalidades y acontecimientos a lo largo de las diferentes
eras. En las clases de Historia de nuestra infancia y
juventud pasamos de puntillas por ese sinfín de hitos, quedando después al
albedrío y motivación de cada uno el seguir profundizando en algunos ámbitos en
concreto.
Los
juegos de mesa modernos son un catalizador en este propósito de ahondar en contextos
históricos gracias a la conexión temática que establecen. Si bien existen
juegos puramente abstractos (el conocido Go
es un buen ejemplo), la inmensa mayoría de juegos de mesa modernos se ambientan
en algún tema específico. En algunos realmente este tema es meramente anecdótico
porque cuando se juegan apenas apelan al tema que tratan, pero otros en cambio
pueden llegar a ser una auténtica simulación.
El
espectro de temas tratados es tan amplio como la propia historia del ser
humano. Algunos son muy manidos, como el Renacimiento, la Segunda Guerra
Mundial, o civilizaciones de la antigüedad, y otros son tan rocambolescos como
los compuestos orgánicos que formaron La Tierra, o tribus groenlandesas en el
Bajo Medievo. La ambientación no siempre es histórica sino que también hay un
sinfín de temas ficticios: fantasía medieval, ciencia-ficción, distopías, y un
largo etcétera. Es imposible no encontrar ningún juego de mesa moderno con un
tema que no apele a nuestros gustos.
Y es que
precisamente uno de los méritos de los juegos de mesa modernos es su capacidad
de despertar en los jugadores nuestro interés, bien en una cuestión que apenas
conocíamos someramente, o bien descubrirnos un tema que desconocíamos por
completo. ¿Habías oído alguna vez de los castillos de fantasía que construyó el
Rey Loco Luis II de Baviera? ¿Conocías la Era Meiji que revolucionó Japón en el
siglo XIX? ¿Cuánto sabes de la Guerra Fría que mantuvo en tensión al planeta durante
casi cinco décadas? ¿Qué consecuencias tuvo el Renacimiento además de dar
nombre a cuatro tortugas ninja?
Cuando
surge este interés, la pasión que acompaña a la afición de los juegos de mesa
se contagia en forma de ávido deseo de consumir información para conocer mejor
el tema que nos acaba de cautivar. Es ese momento en el que empezamos a devorar
libros, documentales, películas y cualquier contenido versado en el tema. Es
ese momento en el que la devoción por el juego trasciende más allá del tablero,
ese momento en el que la pasión pasa del juego a la cabeza.
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