Hola, soy la voz de tu conciencia.
Estamos a comienzos del tercer trimestre del curso escolar. Muchos tendrán claro que van a aprobarlas todas, otros estarán dudosos y confiarán en la suerte y la fuerza de voluntad de última hora. Otra parte de los alumnos se estarán auto destinando al fracaso escolar. Habrán asumido por completo que estos nueve meses han sido en vano y que nada, absolutamente, puede salvarles de esa situación.
Lo primero que nos va a venir a la boca son las excusas, pero pensemos bien. Las excusas sólo nos quitan tiempo para alcanzar nuestro objetivo. Lo primero que debemos plantearnos es ¿qué me gustaría ser? Olvidemos la absurda pregunta de ¿valgo para esto? La respuesta es SÍ, claro que vales. Para eso y para mucho más. Pero apenas nada cae del cielo. En la vida, para conseguir grandes objetivos, debemos empezar por pequeños pasos. Y así se va sumando uno más uno hasta llegar a otro más grande. Siempre hay uno después de otro. Es la esencia de estar vivos. Que podemos y debemos ir avanzando.
No es necesario estudiar grandes carreras. Lo importante es que cada uno se dedique en la vida a lo que realmente le hace feliz. Imaginaos que una chica quiere estudiar mecánica. Le encantan los coches, quiere trabajar en un taller o, ¿quién sabe?, llegar a montar el suyo propio. Pero todos le dicen que para qué se va a dedicar una chica a eso, que no es una profesión de cuello blanco, que da mucho trabajo. ¿Y qué? Para equivocarse tiene tiempo. Es mejor que lo intente a que se quede con la duda del ¿y si…?
Nada ni nadie te puede impedir dedicarte a lo que te gusta. La única persona dueña de tu propia felicidad eres tú. Por mucho que digan los demás, por mucho que les parezca mal. No está de más valorar otras opiniones, pero las decisiones las toma uno mismo. Te puedes equivocar, pero errar es humano. Todos lo hacemos constantemente. Así que ¡ve a por ello!
Cuando un adolescente se enfrenta a las primeras decisiones laborales en su vida, puede no tener muy claro hacia qué camino debe ir. Todo parece estar muy lejos y difuso. La primera pregunta es: ¿me haría feliz ser esto toda mi vida? Si la respuesta es afirmativa, lo siguiente es dar el primer paso. Está claro que la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato son un coñazo. Unas asignaturas muy genéricas y un período de tiempo donde apenas queda lugar para dedicarse a otras cosas. ¿O sí? Todo depende de la manera en la que nos estructuremos el tiempo.
Al fin y al cabo, lo que hay que ver es qué son dos años comparados con estudiar lo que me gusta y dedicarme a ello. Hay que estudiar, es evidente. Pero todo depende de cómo se lo plantee uno. Se puede empezar por estudiar o repasar un poco cada día, enfrentarse a un examen, luego a otro… y cuando menos te des cuenta, estás bebiendo mojitos en La feria del Santo y no tienes otra preocupación.
Pero, si tu caso es de los que les toca estudiar en vacaciones… piensa lo siguiente: Es una mierda estudiar en verano: AFIRMATIVO. Pero, si hubieras estudiado durante todo el año, esto no pasaría. Ahora bien, ¿prefieres estar estudiando dos meses a perder un año entero? El día tiene veinticuatro horas, da tiempo de muchas cosas. Son dos meses nada más. Te van a putear, EXACTO, pero, cuando veas tus notas aprobadas y no tengas que repetir, te vas a alegrar más todavía.
Ahora bien. Puede que esto no sólo lo esté leyendo alguien en edad escolar… digo obligatoria. Bajo mi punto de vista, cualquier edad es buena para aprender. Mi universidad está llena de gente en edad de jubilación que se está presentando a los exámenes simplemente por cumplir el sueño de su vida, por aprender, por saber. ¿Qué más da los años que tengas? Si quieres hacerlo, hazlo. Aprender no está nunca de más. Hoy en día hay muchas formas de estudiar, muchos plazos, muchas opciones. No está todo perdido. Es mejor intentarlo a estar arrepintiéndose toda la vida de no haberlo hecho.
Así que, estudia. Pero no te lo plantees como algo negativo. Ponte retos, afróntalos. Idea un plan. ¡Ve a por ello! Que nunca se te quede en la cabeza eso de “no lo intenté” No. Todo el mundo que ha llegado a alguna parte ha sido porque ha estado trabajando en ello, en mejorar cada día. Ya sea para conseguir una profesión como un puesto de trabajo. Aquí, allí… ¡Donde sea! Sabemos dónde estamos ahora, pero no dónde vamos a estar en un futuro. Quizá sólo vivamos una vez y ¿por qué no hacer lo que más nos gusta? ¡Arriésgate y ve a por ello!
Estamos a comienzos del tercer trimestre del curso escolar. Muchos tendrán claro que van a aprobarlas todas, otros estarán dudosos y confiarán en la suerte y la fuerza de voluntad de última hora. Otra parte de los alumnos se estarán auto destinando al fracaso escolar. Habrán asumido por completo que estos nueve meses han sido en vano y que nada, absolutamente, puede salvarles de esa situación.
Lo primero que nos va a venir a la boca son las excusas, pero pensemos bien. Las excusas sólo nos quitan tiempo para alcanzar nuestro objetivo. Lo primero que debemos plantearnos es ¿qué me gustaría ser? Olvidemos la absurda pregunta de ¿valgo para esto? La respuesta es SÍ, claro que vales. Para eso y para mucho más. Pero apenas nada cae del cielo. En la vida, para conseguir grandes objetivos, debemos empezar por pequeños pasos. Y así se va sumando uno más uno hasta llegar a otro más grande. Siempre hay uno después de otro. Es la esencia de estar vivos. Que podemos y debemos ir avanzando.
No es necesario estudiar grandes carreras. Lo importante es que cada uno se dedique en la vida a lo que realmente le hace feliz. Imaginaos que una chica quiere estudiar mecánica. Le encantan los coches, quiere trabajar en un taller o, ¿quién sabe?, llegar a montar el suyo propio. Pero todos le dicen que para qué se va a dedicar una chica a eso, que no es una profesión de cuello blanco, que da mucho trabajo. ¿Y qué? Para equivocarse tiene tiempo. Es mejor que lo intente a que se quede con la duda del ¿y si…?
Nada ni nadie te puede impedir dedicarte a lo que te gusta. La única persona dueña de tu propia felicidad eres tú. Por mucho que digan los demás, por mucho que les parezca mal. No está de más valorar otras opiniones, pero las decisiones las toma uno mismo. Te puedes equivocar, pero errar es humano. Todos lo hacemos constantemente. Así que ¡ve a por ello!
Cuando un adolescente se enfrenta a las primeras decisiones laborales en su vida, puede no tener muy claro hacia qué camino debe ir. Todo parece estar muy lejos y difuso. La primera pregunta es: ¿me haría feliz ser esto toda mi vida? Si la respuesta es afirmativa, lo siguiente es dar el primer paso. Está claro que la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato son un coñazo. Unas asignaturas muy genéricas y un período de tiempo donde apenas queda lugar para dedicarse a otras cosas. ¿O sí? Todo depende de la manera en la que nos estructuremos el tiempo.
Al fin y al cabo, lo que hay que ver es qué son dos años comparados con estudiar lo que me gusta y dedicarme a ello. Hay que estudiar, es evidente. Pero todo depende de cómo se lo plantee uno. Se puede empezar por estudiar o repasar un poco cada día, enfrentarse a un examen, luego a otro… y cuando menos te des cuenta, estás bebiendo mojitos en La feria del Santo y no tienes otra preocupación.
Pero, si tu caso es de los que les toca estudiar en vacaciones… piensa lo siguiente: Es una mierda estudiar en verano: AFIRMATIVO. Pero, si hubieras estudiado durante todo el año, esto no pasaría. Ahora bien, ¿prefieres estar estudiando dos meses a perder un año entero? El día tiene veinticuatro horas, da tiempo de muchas cosas. Son dos meses nada más. Te van a putear, EXACTO, pero, cuando veas tus notas aprobadas y no tengas que repetir, te vas a alegrar más todavía.
Ahora bien. Puede que esto no sólo lo esté leyendo alguien en edad escolar… digo obligatoria. Bajo mi punto de vista, cualquier edad es buena para aprender. Mi universidad está llena de gente en edad de jubilación que se está presentando a los exámenes simplemente por cumplir el sueño de su vida, por aprender, por saber. ¿Qué más da los años que tengas? Si quieres hacerlo, hazlo. Aprender no está nunca de más. Hoy en día hay muchas formas de estudiar, muchos plazos, muchas opciones. No está todo perdido. Es mejor intentarlo a estar arrepintiéndose toda la vida de no haberlo hecho.
Así que, estudia. Pero no te lo plantees como algo negativo. Ponte retos, afróntalos. Idea un plan. ¡Ve a por ello! Que nunca se te quede en la cabeza eso de “no lo intenté” No. Todo el mundo que ha llegado a alguna parte ha sido porque ha estado trabajando en ello, en mejorar cada día. Ya sea para conseguir una profesión como un puesto de trabajo. Aquí, allí… ¡Donde sea! Sabemos dónde estamos ahora, pero no dónde vamos a estar en un futuro. Quizá sólo vivamos una vez y ¿por qué no hacer lo que más nos gusta? ¡Arriésgate y ve a por ello!
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