1937-1974, por Antonio A. Ligero

Entre los años 1937 y 1974 se produjeron los sucesos más importantes del siglo XX. Sucesos que han marcado nuestro presente como sociedad contemporánea, pero lo más importante, sucesos que sustentan nuestro futuro. Entre la multitud de ocurrencias protagonizadas por el ser humano en 37 años, permitidme que os hable de dos que han cumplido aniversario en los últimos días de abril.
El 26 de abril de 1937, en plena Guerra Civil, el municipio de Guernica fue bombardeado por la Legión Cóndor de la Alemania nazi. La misma legión ayudó al Frente Nacional a hacer caer la Segunda República tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936. El pueblo de Guernica fue masacrado, y uno de los grandes pintores universales de nuestro país reflejó el horror de la muerte y el olvido en blanco y negro pintando una de las joyas más vivas y presentes de todos los tiempos a la que tituló con el mismo nombre del lugar, “Guernica”. Historia viva la que muestra Picasso en su cuadro más internacional.
También la madrugada del 24 de abril de 1974, el ejército luso se opuso al dictador Marcelo Caetano y a la herencia de la Dictadura Salazarista derrocando de forma pacífica al régimen. Dos canciones, “E depois do Adeus”, de Paulo de Carvalho y “Grândola, Vila Morena”, de José Afonso, se convirtieron en símbolos de la conocida como “Revolución de los Claveles”. La primera, sonó la noche del 24 abril de 1974. La segunda, ya en la madrugada del 25 de abril. Horas después, miles de civiles se unieron al ejército portugués saliendo a la calle y derrocando al dictador. Ambas canciones son un símbolo de la historia de Portugal, de la historia viva contemporánea del Siglo XX. Un símbolo cultural en la Europa del post-fascismo.
Ambos acontecimientos han celebrado, como digo, aniversario en la última semana de abril. La cultura, en todas sus expresiones, ha sido siempre un símbolo de rebeldía que ha servido de imagen para mostrar los acontecimientos vividos por sus protagonistas. Es por ello que la pintura de Picasso y la música lusa de la década los 70s han tomado protagonismo en esta semana triste en la Europa del olvido. Una Europa trasnochada que confunde progresismo con progresía y “modernez” con modernismo. La misma Europa de los blancos y negros del Guernica que vota a gobiernos que alienan a sus ciudadanos con premisas y hechos que desvirtúan la historia reciente de nuestro continente. Somos nosotros, en estos duros tiempos para la cultura, los que debemos reivindicar la rebeldía que nos precede para que nunca borren la historia. Reitero que la cultura es por tanto necesaria para sustentar la base de la historia de nuestro futuro y no puede quedar relegada por nuestros gobiernos al mero ocio. La cultura es el mayor exponente humano para hacer de los ciudadanos y ciudadanas libres pensadores. Libres pensadores por cierto, incluso para estudiar la asignatura de “Literatura Universal”, desterrada por el Gobierno de Rajoy del bachillerato también en esa última semana.
Cultura que es hoy más necesaria que nunca, como lo fue en 1937 y en 1974. Por cierto, “E depois do Adeus” representó a Portugal en el Festival de Eurovisión de 1974 semanas antes de la “Revolución de los Claveles” obteniendo la última plaza. ¡Historia viva, cultura muerta!

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