El coloquio y sus lectores, por Federico Cabello de Alba, Alcalde de Montilla

Imagino a Miguel de Cervantes en la tranquilidad del claustro de San Juan de Dios, de tanta imaginación como tiempo debió de gozar entonces para encontrar en el coloquio de dos perros, Berganza y Cipión, el camino adecuado para denunciar la corrupción social del siglo XVI.
Lo que jamás pudo sospechar el Príncipe de las Letras es que cuatrocientos años más tarde el «ladrío» de sus canes filósofos resonaría con fuerza en los círculos culturales de Montilla, anunciando y denunciando, analizando y proponiendo, como en el mejor debate, la cultura con mayúsculas, quizás como el mejor antídoto a la degradación social que Cipión y Berganza reflejaran en sus diálogos.
Cincuenta son ya los «ladríos» desde que allá por los comienzos de este siglo un grupo de amigos inquietos decidieran convertirse en ciudadanos comprometidos, comprometidos y ejemplares como las novelas donde vivieron los «ladríos» originales.
Cipión y Berganza adquirieron la capacidad de hablar por las noches y enseñar al mundo lo aprendido a lo largo de sus días y, de igual forma, «El Ladrío» reaparece cada tres meses para dar fe de lo acontecido y proponer acontecimientos, que quien habla cada noventa días de acción bien demuestra su sabiduría.
Ninguno de los protagonistas de la Novela Ejemplar era montillano, aunque Berganza fuera confundido con un hijo de la Montiela convertido en can por brujería, y sin embargo estoy seguro de que hubieran dedicado con orgullo más de un diálogo al montillanismo de sus futuros «ladríos».
El siglo XVI fue dorado para la cultura montillana, pero no le anda a la zaga el siglo XXI que observa una ciudad en permanente actividad cultural en la que, de entre sus organizadores, brilla con luz propia la Asociación Cultural «El coloquio de los Perros», críticos y constructivos, han sabido convertirse en motor joven de progreso que a pesar de su juventud atesoran ya una rica experiencia adquirida en mil aventuras.
La Cata de la Cerveza y en un principio la del Vino, los Concursos de Relato Corto, los de Fotografía, los Coloquios, las Rutas fotográficas, la revista EduCan2.0 y «El Ladrío» son su campo de batalla, batalla incruenta y fértil a la que los montillanos debemos reconocimiento y admiración, la cultura es sin duda la piedra angular de nuestra sociedad y «El coloquio de los Perros» se ha ganado ser un digno arquitecto de su ciudad.
Gracias por ello.

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