Hace apenas unos meses partí de España hacia una nueva aventura: mi Erasmus en Londres. Tan solo llevo unos meses fuera de casa pero tengo la sensación de llevar aquí toda una vida. Así que como no podría ser de otra forma, me veo obligada a escribir sobre mi experiencia y todo lo que conlleva vivir en Londres, una ciudad multicultural y cada vez más llena de españoles.
Desde mi adolescencia irme de Erasmus ha sido un sueño que con el paso de los años se iba haciendo más y más vívido. Soy una persona bastante abierta a la que le encanta probar nuevas experiencias. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que viajando? Pues bien, hace algo menos de un año al fin llegó el momento en el cual pude solicitar mi beca Erasmus. El proceso de tramitación es algo complicado pero ahora puedo decirlo alto y claro: merece la pena. Eso sí, hay que tener en cuenta que en la situación actual la beca en sí no cubre todos los gastos, suerte que sigue existiendo.
Mi universidad ofrecía destinos a muchos países de Europa pero yo siempre he tenido un gran interés por la cultura británica ya que soy estudiante de inglés desde temprana edad y sigo siéndolo en mi carrera universitaria. Reino Unido era una oportunidad para mejorarlo y llevar a cabo la famosa ‘inmersión lingüística’. La suerte me sonrió y me adjudicaron la plaza a Londres, una de las grandes capitales del mundo.
Las primeras semanas fueron caóticas y de papeleo pero afortunadamente eso ya está atrás y se podría decir que esto se ha convertido en mi nuevo hogar, eso sí, temporal.
Londres es una gran ciudad, en ella viven unos 8 millones de habitantes pero a pesar de ello, la multitud solo se nota en las zonas céntricas y turísticas. Por ejemplo, yo resido en el suroeste de Londres, en un barrio bastante tranquilo, que más bien es un pequeño pueblo. Todo es muy pintoresco, totalmente diferente a un barrio español, al menos la diferencia con Montilla es abismal. Las casas son todas muy parecidas y bonitas y todo es muy verde. Puede sonar a tópico pero es así.
Lo que se podría decir que sí tiene de gran ciudad son los precios y más si tenemos en cuenta el cambio de Libra a Euro. El transporte en Londres es una de las cosas más caras, pero a cambio hay muy buenas conexiones por regla general.
La gente es bastante educada, van con el ‘lo siento’ todo el día en la boca. Quizá lo que más les diferencia de nosotros es el hecho de que guardan más las distancias y se muestran un poco recelosos una vez que los conoces. Ahora sí, dales unas cuantas de cervezas y su carácter cambiará por completo. Les pierde la fiesta.
Retomando los tópicos alguien tenía que desmentirlo: no llueve tanto como se cree. En mi primer mes aquí, quizá es muy pronto para hablar, solo he tenido unos cuatro o cinco días con lluvia y ni siquiera es todo el día, solo momentos y el paraguas no es necesario ya que es llovizna. La temperatura sí es más baja aquí, pero tal y como me han comentado no suele bajar de los 5 grados negativos.
El tema estrella es la comida y junto con ella los horarios. Nuestros hábitos alimenticios son totalmente diferentes, desde el desayuno hasta la cena. Su gastronomía no es muy destacable pero a cambio la variedad de cocina e ingredientes de todo el mundo que hay es impresionante.
Vivir en Londres tiene sus ventajas e inconvenientes pero no he conocido una ciudad tan abierta y con tantas posibilidades por ofrecer. Por algo será que todos los estudiantes cuando acaban sus estudios vienen aquí. La pena es que la mayoría de ellos están ocupando puestos muy por debajo de sus cualificaciones. Por el momento, yo solo estoy aquí para estudiar pero nadie sabe lo que el futuro deparará.
Desde mi adolescencia irme de Erasmus ha sido un sueño que con el paso de los años se iba haciendo más y más vívido. Soy una persona bastante abierta a la que le encanta probar nuevas experiencias. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que viajando? Pues bien, hace algo menos de un año al fin llegó el momento en el cual pude solicitar mi beca Erasmus. El proceso de tramitación es algo complicado pero ahora puedo decirlo alto y claro: merece la pena. Eso sí, hay que tener en cuenta que en la situación actual la beca en sí no cubre todos los gastos, suerte que sigue existiendo.
Mi universidad ofrecía destinos a muchos países de Europa pero yo siempre he tenido un gran interés por la cultura británica ya que soy estudiante de inglés desde temprana edad y sigo siéndolo en mi carrera universitaria. Reino Unido era una oportunidad para mejorarlo y llevar a cabo la famosa ‘inmersión lingüística’. La suerte me sonrió y me adjudicaron la plaza a Londres, una de las grandes capitales del mundo.
Las primeras semanas fueron caóticas y de papeleo pero afortunadamente eso ya está atrás y se podría decir que esto se ha convertido en mi nuevo hogar, eso sí, temporal.
Londres es una gran ciudad, en ella viven unos 8 millones de habitantes pero a pesar de ello, la multitud solo se nota en las zonas céntricas y turísticas. Por ejemplo, yo resido en el suroeste de Londres, en un barrio bastante tranquilo, que más bien es un pequeño pueblo. Todo es muy pintoresco, totalmente diferente a un barrio español, al menos la diferencia con Montilla es abismal. Las casas son todas muy parecidas y bonitas y todo es muy verde. Puede sonar a tópico pero es así.
Lo que se podría decir que sí tiene de gran ciudad son los precios y más si tenemos en cuenta el cambio de Libra a Euro. El transporte en Londres es una de las cosas más caras, pero a cambio hay muy buenas conexiones por regla general.
La gente es bastante educada, van con el ‘lo siento’ todo el día en la boca. Quizá lo que más les diferencia de nosotros es el hecho de que guardan más las distancias y se muestran un poco recelosos una vez que los conoces. Ahora sí, dales unas cuantas de cervezas y su carácter cambiará por completo. Les pierde la fiesta.
Retomando los tópicos alguien tenía que desmentirlo: no llueve tanto como se cree. En mi primer mes aquí, quizá es muy pronto para hablar, solo he tenido unos cuatro o cinco días con lluvia y ni siquiera es todo el día, solo momentos y el paraguas no es necesario ya que es llovizna. La temperatura sí es más baja aquí, pero tal y como me han comentado no suele bajar de los 5 grados negativos.
El tema estrella es la comida y junto con ella los horarios. Nuestros hábitos alimenticios son totalmente diferentes, desde el desayuno hasta la cena. Su gastronomía no es muy destacable pero a cambio la variedad de cocina e ingredientes de todo el mundo que hay es impresionante.
Vivir en Londres tiene sus ventajas e inconvenientes pero no he conocido una ciudad tan abierta y con tantas posibilidades por ofrecer. Por algo será que todos los estudiantes cuando acaban sus estudios vienen aquí. La pena es que la mayoría de ellos están ocupando puestos muy por debajo de sus cualificaciones. Por el momento, yo solo estoy aquí para estudiar pero nadie sabe lo que el futuro deparará.
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