Becas de inmersión lingüística en inglés en España. Crónica de un viaje. Por José Luis Delgado Arce

Probablemente no habréis oído hablar de estas becas que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (sí, aunque pueda parecer raro por la situación económica y los recortes, las conceden). Se trata de cursos intensivos de una semana de duración en el mes de julio con jóvenes angloparlantes en distintos puntos de nuestro país.
Los beneficiarios son estudiantes que durante el curso anterior al verano en el que se desarrollan han estado matriculados en Bachillerato, en Enseñanzas profesionales de idiomas o de música y danza o incluso en ciclos de Formación Profesional y grados medios de enseñanzas deportivas y artes plásticas y diseño. Las otras dos condiciones a reunir para optar a la beca son: haber aprobado por completo el curso inmediatamente anterior y haber obtenido de nota final mínima en inglés un 7.

Una vez se ha notificado la concesión y se ha confirmado el deseo de ejecutar la beca, la empresa encargada de los cursos se pone en contacto con los alumnos para realizar la inscripción, el pago de la reserva y la elección del sitio y fechas deseados. Tras hacer esto, sólo queda esperar a que llegue la fecha y trasladarse al lugar.
Trataría de escribiros esto de la forma más objetiva posible, pero creo que quizás os haréis una mejor idea de en qué consiste el curso si convierto esto en una crónica y os comento la experiencia que yo, que he sido un beneficiario de esta beca, he vivido con éste.
Tras mi experiencia positiva el pasado verano en Inglaterra, pero al no poder pedir la misma beca este año por no ser aún universitario, decidí solicitar esta beca de la que os hablo en esta crónica. Como ya habéis leído, me la concedieron y, tras resolver el papeleo digital (ya que se realiza a través de la sede electrónica), me limité llevar a cabo los dos últimos pasos.
Había solicitado hacer el curso en la Hospedería Hurdes Reales, situada en dicha sierra al lado de una aldea llamada Las Mestas, en el norte de Cáceres, del 1 al 7 de julio. Podéis creerme cuando os digo que mejorar el nivel de inglés no es lo único que se hace, ni el único objetivo del curso, aunque sí el más importante de todos y por el cual el Ministerio paga una determinada cantidad de dinero.

Bien es cierto que el horario durante la semana fue rígido, pero eso no le restó diversión a las actividades, que podían ser conversaciones con los angloparlantes “uno a uno” o actividades lúdicas de grupo, también deportivas, ya que todo estaba bien organizado y los monitores siempre han estado dispuestos a recibir sugerencias por parte de los alumnos, ya fuese de los españoles como de los angloparlantes, por lo tanto todo ha sido más fácil.
Además, al encontrarnos en plena sierra extremeña hemos podido disfrutar de unas vistas preciosas, que junto a la tranquilidad de la zona y la calidad del hotel (de cuatro estrellas) han contribuido a que la realización de las actividades haya sido fácil y agradable, mejorando, si cabe, la estancia y el curso.
Evidentemente, no puedo omitir las ventajas en lo que al lado humano se refiere. El haber podido compartir el desarrollo de las actividades, del tiempo libre, del aprendizaje,… no habría sido tan factible de no ser por el grupo de personas con las que he tenido el placer de compartir esta semana, tanto los españoles como los angloparlantes, de varias partes del mundo, lo que ha sido un elemento fundamental para considerar que ha sido una experiencia excelente. También hemos tenido la suerte de contar con unos buenos y divertidos monitores. Es por eso que les doy las gracias a todos ellos desde aquí.
En conclusión, y como habréis podido deducir, os puedo asegurar que si sabéis de alguien que cumple las condiciones y está interesado en mejorar su inglés, que no tengan ninguna duda y soliciten la beca el próximo verano. Os puedo decir, por experiencia propia, que el curso vale la pena.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
la residencia puede ser cerca del domicilio del alumno?