Continuamos con la segunda entrega de mi interrail por Europa con el cual visité Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania, Republica Checa, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Italia, Suiza y Francia.
Copenhague (Dinamarca)
El país donde se fabrica la que es “probablemente la mejor cerveza del mundo”; sabe conjugar una economía basada en la agricultura con fuertes inversiones en innovación tecnológica y energías renovables. Su capital –Copenhague– ofrece infraestructuras con gran énfasis en su diseño y una inmejorable oferta cultural en la que predomina la música jazz. Separada por lagos y rodeada por el mar, el centro de la capital es una delicia para turistas y gente local, ya que sus calles dan prioridad a los peatones y ciclistas en perjuicio de los vehículos. El enclave histórico de la ciudad es Slotsholmen, originariamente un castillo del siglo XII, donde se encuentra el Palacio Christiansborg, sitio donde radican el Parlamento, el Gobierno y el Tribunal Supremo danés. Siguiendo por la ribera del canal, al norte, se encuentran la Opera Real, el Kastellet –una fortaleza con forma de estrella y cinco bastiones– y la controvertida y víctima de varios ataques estatua de bronce de la Sirenita, un regalo a la ciudad por parte de la cervecera Carlsberg. Al este radica Christianshavn, barrio denominado como el pequeño Ámsterdam por sus canales, pequeños puentes y casas al estilo holandés. Dentro de sus calles se encuentra el gueto hippie de Christiania, declarado por sus habitantes “cuidad libre” en 1971 y cuyos residentes están exentes de pagar impuestos; cuenta con galerías de arte, tiendas, cafés, y pequeños puestos clandestinos donde se lleva a cabo la venta “tolerada” de drogas blandas.
El país donde se fabrica la que es “probablemente la mejor cerveza del mundo”; sabe conjugar una economía basada en la agricultura con fuertes inversiones en innovación tecnológica y energías renovables. Su capital –Copenhague– ofrece infraestructuras con gran énfasis en su diseño y una inmejorable oferta cultural en la que predomina la música jazz. Separada por lagos y rodeada por el mar, el centro de la capital es una delicia para turistas y gente local, ya que sus calles dan prioridad a los peatones y ciclistas en perjuicio de los vehículos. El enclave histórico de la ciudad es Slotsholmen, originariamente un castillo del siglo XII, donde se encuentra el Palacio Christiansborg, sitio donde radican el Parlamento, el Gobierno y el Tribunal Supremo danés. Siguiendo por la ribera del canal, al norte, se encuentran la Opera Real, el Kastellet –una fortaleza con forma de estrella y cinco bastiones– y la controvertida y víctima de varios ataques estatua de bronce de la Sirenita, un regalo a la ciudad por parte de la cervecera Carlsberg. Al este radica Christianshavn, barrio denominado como el pequeño Ámsterdam por sus canales, pequeños puentes y casas al estilo holandés. Dentro de sus calles se encuentra el gueto hippie de Christiania, declarado por sus habitantes “cuidad libre” en 1971 y cuyos residentes están exentes de pagar impuestos; cuenta con galerías de arte, tiendas, cafés, y pequeños puestos clandestinos donde se lleva a cabo la venta “tolerada” de drogas blandas.
Berlín y Múnich (Alemania)
Llena de innovación y creatividad, Berlín es una de las ciudades más influyentes del mundo. La mayoría de atracciones están ubicadas en el distrito central Mitte. Altamente recomendable es una visita a la Puerta de Brandemburgo, el Reichstag (el Parlamento), el Bundestag (la Cancillería) y el monumento a los judíos asesinados en Europa; a ambos lados de la avenida Unter den Linde se encuentran majestuosos edificios que son sede de numerosas embajadas y museos tales como Museuminsel, Pergamonmuseum, Alte Nationalgaleri, Bode-Museum, Altes Museum y el Neues Museum. Para los amantes de la pintura y sus clásicos, una visita al Gemäldegalerie es de obligado cumplimiento. También es recomendable seguir el recorrido del Muro y visitar el monumento al Muro de Berlin ubicado en Bernauer Strasse.
En el estado federal de Baviera se encuentra su capital –Múnich– considerada como el centro del universo según sus habitantes. En su calle principal –Kaufingerstrasse– está la iglesia gótica Frauenkirche, famosa por su doble cúpula. Justo al lado se halla la plaza Marienplatz coronada por el ayuntamiento (Neues Rathaus) y el espectáculo famoso que ofrece su reloj. Al sur podemos ver la torre Peterskirche y la plaza de abastos (al aire libre), conocida como Viktualienmarkt, donde se pueden degustar famosas salchichas (weisswurst), cervezas y otros productos locales. Al final de la jornada, como premio y para relajarse, es recomendable acudir a la Hofbräuhaus, la sala-restaurante más grande y famosa de la ciudad. Cerveza y comida local acompañan la velada con folclore regional aderezado con trajes típicos. Es una experiencia divertida y recomendable. Si planeas visitar Múnich a finales de septiembre tienes la opción de acudir al famoso festival de la cerveza conocido como Oktoberfest, cuyos orígenes se remontan a la celebración de una boda real bávara en octubre de 1810.
Llena de innovación y creatividad, Berlín es una de las ciudades más influyentes del mundo. La mayoría de atracciones están ubicadas en el distrito central Mitte. Altamente recomendable es una visita a la Puerta de Brandemburgo, el Reichstag (el Parlamento), el Bundestag (la Cancillería) y el monumento a los judíos asesinados en Europa; a ambos lados de la avenida Unter den Linde se encuentran majestuosos edificios que son sede de numerosas embajadas y museos tales como Museuminsel, Pergamonmuseum, Alte Nationalgaleri, Bode-Museum, Altes Museum y el Neues Museum. Para los amantes de la pintura y sus clásicos, una visita al Gemäldegalerie es de obligado cumplimiento. También es recomendable seguir el recorrido del Muro y visitar el monumento al Muro de Berlin ubicado en Bernauer Strasse.
En el estado federal de Baviera se encuentra su capital –Múnich– considerada como el centro del universo según sus habitantes. En su calle principal –Kaufingerstrasse– está la iglesia gótica Frauenkirche, famosa por su doble cúpula. Justo al lado se halla la plaza Marienplatz coronada por el ayuntamiento (Neues Rathaus) y el espectáculo famoso que ofrece su reloj. Al sur podemos ver la torre Peterskirche y la plaza de abastos (al aire libre), conocida como Viktualienmarkt, donde se pueden degustar famosas salchichas (weisswurst), cervezas y otros productos locales. Al final de la jornada, como premio y para relajarse, es recomendable acudir a la Hofbräuhaus, la sala-restaurante más grande y famosa de la ciudad. Cerveza y comida local acompañan la velada con folclore regional aderezado con trajes típicos. Es una experiencia divertida y recomendable. Si planeas visitar Múnich a finales de septiembre tienes la opción de acudir al famoso festival de la cerveza conocido como Oktoberfest, cuyos orígenes se remontan a la celebración de una boda real bávara en octubre de 1810.
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