Messi, por Berganza

El Coloquio de los perros es la Novela Ejemplar cervantina en la que aparecen Montilla y la Camachas. Sus protagonistas, dos canes, Cipión y Berganza, también pretenden serlo de nuestra revista. En cada número, a través de sus reflexiones y posturas en páginas centrales, uno a favor y otro en contra, iremos tratando temas de interés para nuestra sociedad. En esta ocasión, ¿Cristiano Ronaldo o Lionel Messi?

“Messi es Maradona todos los días”. Amigo Cipión, Messi es Dios, y nadie es mejor que Dios. La comparación con Cristiano Ronaldo es odiosa; mientras el portugués es el protagonista de El Príncipe, en versión triatleta con una especial habilidad para golpear el balón, “La pulga” es el antihéroe que representa el fútbol verdadero. Cristiano tiene más seguidores en facebook, pero el argentino es el Zuckerberg del fútbol. Cristiano es una tendencia, una nouvel age, y Messi es una ideología, una religión.
Sus detractores alegan como coartada que Messi es un dios terrenal, que tiene problemas con Hacienda y que apunta a síndrome de Asperger. Bien sabe Lionel que lo justo no es que el que más gane más pague al fisco, sino que el que mejor trabaje, más gane. Además, quienes padecen Asperger suelen poseer una inteligencia por encima de la media y muestran preocupación obsesiva por un tema concreto: en su caso, meter-el-balon-en-la-porteria-contraria. Cristiano, en cambio, avanza con la pelota mientras recuerda que mañana debe pasar por la esteticien para depilarse las cejas. Hasta su otrora defensor Mourinho ha manifestado que el portugués regatea demasiadas veces a su silueta delante del espejo, y que Cristiano no es el auténtico Ronaldo que él entrenó siendo ayudante de Robson, el del antológico gol al Compostela con la zamarra blaugrana y que, ya en su ocaso, flirteaba con prostitutas travestis y participaba en el Supervivientes brasileño. Es cierto que, contrariamente al Ken ibérico, el lenguaje corporal del pibe es inexistente y que parece incapaz de interactuar exitosamente con alguien ubicado fuera de una cancha, sólo un par de palabras. “Nuestra habitación era la más silenciosa de La Masía, ideal para preparar oposiciones a judicatura”, ha confesado recientemente Oriol Riera, delantero de Osasuna y ex cordobesista.
Lionel es el número uno, una pieza distinta en una maquinaria perfecta que es el FC Barcelona. El gran Charly Rexach, bajo las órdenes de Cruyff, supo descubrir al elegido en una rutinaria rueda de reconocimiento (todos pensaban que era otro insignificante gnomo solitario que gambeteaba como nadie), llegando a convertir a Leo en el epítome del Dream Team.
Messi es tan listo que siempre decide con acierto el último pase, el que mejor conviene. Domina todos los escenarios y tiene cobertura para todos los registros: es pasador, rematador, regateador, pateador, incluso va bien de cabeza, pese a su enanismo (recuerdo el gol en la final de Champions a Van der Sar). No hay duda de que es el mejor goleador de todos los tiempos. Tampoco es lo mismo tener como edecanes a Puyol y Xavi que contratar por encargo a sicarios como Arbeloa y Pepe.
Lo que más me gusta de Messi es que nunca finge una caída o una lesión, pese a las embestidas que puedan propinarle tipos como Ballesteros. Resulta difícil derribar a Leo, por la estatura y las columnas salomónicas que sitúan su epicentro al margen de la gravedad (a su lado, las piernas de López Rekarte son las de una bailarina moldava). Messi nunca se queja al árbitro. La verdad es que no es fácil describir su forma de jugar, la mejor definición es poder verlo en directo. Messi es el Kun Agüero, Iniesta y Ribéry en un mismo individuo; como bien dijo Segurola: “Messi es Maradona todos los días”. Messi conduce el balón y supera obstáculos, a la vez que detecta el movimiento de sus compañeros sin levantar la cabeza, como un cóndor de La Patagonia. Su gol maradoniano al Getafe, en la voz de Alfredo Martínez, te hará llorar si de verdad sientes el fútbol. Messi es al deporte rey lo que el Humphrey Bogart de “Casablanca” o de “La Reina de África” es al cine, y Cristiano Ronaldo es, pongamos por caso, Ben Affleck. Cristiano Ronaldo es “Mujeres, Hombres y Viceversa”, y Leo Messi es “Saber y ganar”.

Comentarios

dong ha dicho que…
Es cierto que, contrariamente al Ken ibérico, el lenguaje corporal del pibe es inexistente y que parece incapaz de interactuar exitosamente con alguien ubicado fuera de una cancha, sólo un par de palabras. “Nuestra habitación era la más silenciosa de La Masía, ideal para preparar oposiciones a judicatura”, ha confesado recientemente Oriol Riera, delantero de Osasuna y ex cordobesista.
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